"...Sur le continent qui connaît les pires inégalités de la planète, tu nous as laissé le seul pays avec zéro dénutrition, avec l’espérance de vie la plus élevée, avec une scolarisation de cent pour cent, sans aucun enfant vivant à la rue (applaudissements).
Évaluer le succès ou l’échec du modèle économique cubain en faisant abstraction d’un blocus criminel de plus de cinquante ans, c’est de l’hypocrisie pure et simple ! (Applaudissements.) N’importe quel pays capitaliste d’Amérique latine en butte à un blocus semblable s’effondrerait en quelques mois."
"...Pour évaluer son système politique, il faut comprendre que Cuba a subi une guerre permanente. Dès le début de la Révolution, il existe une Cuba du Nord, là-bas à Miami, guettant en permanence la Cuba du Sud, celle qui est libre, digne, souveraine, majoritaire sur la terre nourricière, non en des terres étrangères (applaudissements). Ils n’ont pas envahi Cuba parce qu’ils savent qu’ils ne pourront pas vaincre tout un peuple (applaudissements).
Ici, sur cette île merveilleuse, on a érigé des murailles, mais non de celles qu’érigent les empires : des murailles de dignité, de respect, de solidarité ! "
Prof. Chems Eddine Chitour
(...)Argélia
Comme l’écrit l’intellectuel éclectique ancien haut fonctionnaire français, libre de ses idées : « Fidel Castro vient de partir dans l’autre monde, et déjà on entend la rumeur mensongère propagée par les calomniateurs de service. Les chacals de la presse bourgeoise tournent autour de sa dépouille avec gourmandise. Ceux qui couvrirent Hugo Chavez de leurs ordures sont là, décidés à repasser à table. Pas de doute. Ces journaleux à la solde de leurs maîtres, ces chiens Un tyran, celui qui risqua sa vie dans la fleur de la jeunesse, balaya la dictature de Batista, restaura la souveraineté nationale, restitua sa fierté au peuple cubain, rendit la terre aux paysans, éradiqua la misère, fit taire le racisme, libéra la femme cubaine des chaînes du patriarcat, créa le meilleur système de santé du Tiers Monde, réduisit la mortalité infantile dans des proportions inconnues dans le reste de l’Amérique latine, élimina l’analphabétisme, offrit l’éducation à tous, et résista victorieusement avec son peuple à l’agression impérialiste ? Ces affabulateurs vous le diront parce que le castrisme incarne tout ce qu’ils détestent. L’amour de la liberté, l’exigence avec soi-même, la fierté de n’obéir à personne, l’éthique révolutionnaire alliée au sens du réel, l’élan généreux qui triomphe de l’indifférence, la solidarité sans faille à l’intérieur comme à l’extérieur, le patriotisme qui n’éloigne pas de l’internationalisme, au contraire, mais en rapproche. Tout cela, c’est le castrisme. Un illustre combattant de la libération africaine en savait quelque chose » (2).
(...)S’agissant du niveau de vie malgré la crise, malgré la mondialisation inhumaine, malgré l’embargo l’Indice de développement humain de Cuba est de 0,78 l’un des meilleurs au monde. Il a cru de 10 points de 0,68 en 2000 à 0,78 (2014 : 62 place)
Hace tiempo que a buena parte de la izquierda ha preferido reemplazar el análisis sesudo por el prejuicio, o en el mejor de los casos, el “sentido común”. Se ha creado uno cultura izquierdista que exige pureza, “delicadeza”, “lenguaje políticamente correcto”, reproducción fiel del discurso “profético” de tal o cual referente revolucionario, sin pensar siquiera el contexto histórico desde donde fueron enunciados. Entre consignas y lenguajes se ha dejado de intervenir de forma real y efectiva en la sociedad para transformarla; “intervenciones” las hay, casi siempre desde una zona de confort, desde el clásico cafetín, charlas vanidosas, ciclos de cine, e incluso manifestaciones que levantan el ánimo temporalmente. Aquella voluntad y entrega que caracterizó a los revolucionarios de los siglos XIX y XX se ha esfumado, queda el recuerdo trágico de “lo que algún día fuimos y ya no seremos”. Perdida la vocación revolucionaria, el aspecto histórico de la revolución ha sido reemplazado por la inmediatez, las exigencias morales, las micro sociedades alternativas, el “fluir y el soltar”, cínicos cómplices del enemigo (el capitalismo) que dicen combatir.
La muerte de Fidel convocó a toda esa izquierda contrarrevolucionaria para compartir similares, y en algunos casos las mismas, vivas y condenas que el imperialismo, el fascismo, la derecha mundial levantó en signo de victoria contra el revolucionario cubano. Críticas y contradicciones siempre existirán en cualquier proceso, no existe el ideal puro, tampoco el escenario revolucionario perfecto, la realidad está allí, desafiante e imperfecta a nuestro gusto, independientemente de nuestras opiniones e intereses.
Aquellos Fideles, Ernestos, Camilos y muchos otros más, desde 1952 a 1959 recordaron a los revolucionarios del mundo que el enemigo no era invencible, podía ser derrotado por la fuerza organizada del pueblo. La Revolución Cubana fue una luz que se extendió por Asia, África, Oriente Medio, Europa y América, miles de hombres y mujeres vieron en ella una esperanza, embarcándose en procesos revolucionarios de diversa índole. Cercada y atacada constantemente por el imperialismo, Cuba se convirtió en una isla desafiante al sistema dominante, no una consigna, una realidad.
Las revoluciones no aparecen de la nada, se organizan, no las protagonizan sujetos “especiales”, sino hombres y mujeres de a pie. La historia reconocerá a aquellas personas que simbolizan un proceso por sus características particulares; liderazgo, visión, fortaleza, etc. Reducir un suceso histórico a la voluntad y limitaciones de un sujeto es una estupidez, estos son tan solo los “depositarios simbólicos” y muchas veces el “alimento espiritual” de los pueblos. El caso de Fidel, sin duda sobredimensionado por esa aparente necesidad humana de lo trascendental, es emblemático; líder reconocido de un pueblo solidario y digno, quizá como pocos en el mundo ahora, que una vez muerto se dispone a nacer una y otra vez en la sociedad cubana.(...)
Carlos Pazmiño (Quito, 1987) se define como marxista libertario. Es comunicador y sociólogo, estudioso del anarquismo y anarcosindicalismo en Ecuador, la cuestión kurda y Oriente Medio, procesos de violencia política, acción colectiva y teorías del Estado. Colabora con diferentes medios dentro y fuera del país, es miembro del Centro de estudios “Patricio Ycaza” (CEPY).
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