Luís Sepúlveda FIDEL...
(No dia da morte de Fidel Castro) Blog Jardim das Delícias
La noticia llega con las primeras luces del día, tal vez con la misma intensa luminosidad del amanecer que vieron los tripulantes del "Gramma" en la costa de la isla antes de desembarcar y empezar la gesta que inauguró la dignidad latinoamericana.
En las pupilas de ese grupo de hombres y mujeres que tocaron la arena blanca de Cuba, iba también la luz de los caídos en el asalto al cuartel Moncada y, por eso, el brazalete con la leyenda"26 de Julio" era la gran identidad de aquellos que, como más tarde escribiría un argentino al que llamaban simplemente Che, daban el paso a la condición superior del insurgente, del rebelde, del militante, y se convertían en Guerrilleros.
La dignidad latinoamericana se inauguró de verde olivo y con olor a cordita, a pólvora, al sudor de las marchas selva adentro, a la fatiga combatiente que, lejos de cansar, entregaba más ánimo a la vocación justiciera de los guerrilleros, de los combatientes de Fidel, de "los barbudos" vestidos con retazos, armados de machetes zafreros y de las armas arrebatadas al enemigo en cada combate.
Los combatientes de Sierra Maestra, los guajiros, estudiantes y poetas, paso a paso, tiro a tiro, enseñaron a Latinoamérica que la estrella de Comandante Guerrillero era el distintivo del primero en el fragor de la lucha, del que combatía en primera fila, del que sembraba ejemplo y confianza en un destino superior.
Y mientras los guerrilleros del "26 de Julio" avanzaban por las sierras y las selvas, en todo el continente latinoamericano, desde el río Bravo hasta la Tierra del Fuego, los humildes alzaban sus banderas de harapos, "porque ahora la historia tendrá que contar con los pobres de América".
Hoy es un día de recogimiento revolucionario. Hoy es el día del dolor de aquellos que se atrevieron a dar el paso imprescindible, a romper con la existencia dócil y sumisa , y se unieron al camino sin retorno de la lucha revolucionaria.
¡Hasta la Victoria Siempre, Fidel! ¡Hasta la Victoria Siempre, Comandante Guerrillero!
En las pupilas de ese grupo de hombres y mujeres que tocaron la arena blanca de Cuba, iba también la luz de los caídos en el asalto al cuartel Moncada y, por eso, el brazalete con la leyenda"26 de Julio" era la gran identidad de aquellos que, como más tarde escribiría un argentino al que llamaban simplemente Che, daban el paso a la condición superior del insurgente, del rebelde, del militante, y se convertían en Guerrilleros.
La dignidad latinoamericana se inauguró de verde olivo y con olor a cordita, a pólvora, al sudor de las marchas selva adentro, a la fatiga combatiente que, lejos de cansar, entregaba más ánimo a la vocación justiciera de los guerrilleros, de los combatientes de Fidel, de "los barbudos" vestidos con retazos, armados de machetes zafreros y de las armas arrebatadas al enemigo en cada combate.
Los combatientes de Sierra Maestra, los guajiros, estudiantes y poetas, paso a paso, tiro a tiro, enseñaron a Latinoamérica que la estrella de Comandante Guerrillero era el distintivo del primero en el fragor de la lucha, del que combatía en primera fila, del que sembraba ejemplo y confianza en un destino superior.
Y mientras los guerrilleros del "26 de Julio" avanzaban por las sierras y las selvas, en todo el continente latinoamericano, desde el río Bravo hasta la Tierra del Fuego, los humildes alzaban sus banderas de harapos, "porque ahora la historia tendrá que contar con los pobres de América".
Hoy es un día de recogimiento revolucionario. Hoy es el día del dolor de aquellos que se atrevieron a dar el paso imprescindible, a romper con la existencia dócil y sumisa , y se unieron al camino sin retorno de la lucha revolucionaria.
¡Hasta la Victoria Siempre, Fidel! ¡Hasta la Victoria Siempre, Comandante Guerrillero!
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