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20 de janeiro de 2018

Federação Russa

MNE da Federação Russa Lavrov no dia 15
Estimadas señoras y señores,
En primer lugar, aprovecho para felicitar las fiestas pasadas y desearles a todos ustedes un Año Nuevo feliz y lleno de éxitos, salud y bienestar. Les agradecemos su asistencia a nuestra tradicional rueda de prensa.
No creo que deba abusar de su atención con un discurso introductorio largo. El Presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, celebró recientemente su gran rueda de prensa, y también hace unos días se entrevistó con directivos de los medios de comunicación y agencias de noticias de Rusia. Estoy seguro de que ustedes han seguido estos grandes eventos y prestado atención a los comentarios del presidente, incluidos, por supuesto, los dedicados a la política exterior.
Diré brevemente que hemos de constatar, una vez más, que el año que acaba de terminar no ha sido fácil en lo que respecta a la política exterior. Se han mantenido los múltiples focos de tensión en distintas regiones del mundo, desde Oriente Próximo y el Norte de África hasta la vecina Ucrania. En los últimos meses la situación se ha agravado seriamente debido a las amenazas proferidas desde Washington de resolver el problema nuclear de la península de Corea únicamente por la vía de la fuerza. Amenazas parecidas se han articulado respecto al problema afgano promoviendo la opción militar como la única solución posible del mismo. Las últimas declaraciones dirigidas a hacer fracasar la implementación del Plan de Acción Integral Conjunto sobre el programa nuclear iraní tampoco han servido para aumentar el optimismo ni la estabilidad.
Desafortunadamente, nuestros colegas estadounidenses y sus aliados siguen apostando por imponer su voluntad y plantear ultimátums como su único modus operandi y desoyen la opinión de otros centros de la política internacional, negándose de esta forma a reconocer la realidad de un mundo multipolar que está surgiendo. Los métodos a los que recurren para contener a sus adversarios son en su mayoría bastante cuestionables y desleales y destacan por su gran variedad, desde el despliegue del escudo antimisiles global hasta las sanciones unilaterales, la aplicación extraterritorial de su legislación nacional y, como ya he dicho, las amenazas de solucionar cualquier problema internacional sólo a través de su propio guión y practicando el principio del ’todo vale’, incluido el uso de una ruda fuerza militar. Como resultado, estamos ante la devaluación del derecho internacional, el debilitamiento del papel de las instituciones multilaterales y la apuesta de un número cada vez mayor de países por el incremento del poderío militar, opción en la que ven, en el contexto actual, casi la única garantía de preservar su soberanía.

En estas circunstancias, nos hemos esforzado al máximo para, en primer término, defender los intereses nacionales de la Federación de Rusia a la hora de realizar nuestra labor en el escenario internacional, incluidos los intereses de nuestros ciudadanos, de las empresas rusas que cada vez sufren más discriminación. Simultáneamente, hemos hecho lo posible para defender el derecho y el sistema internacional avalados por la Carta de la ONU. Junto con otras fuerzas constructivas de la comunidad internacional, hemos defendido los valores universales de la verdad, la justicia, la cooperación basada en la igualdad y el respeto mutuo, así como procurado evitar el deterioro del orden mundial, que hoy en día está en grave desequilibrio. Quisiéramos hacerlo todo para impedir el caos y la confrontación.
En cuanto a los ámbitos específicos de nuestra labor, los iré comentando al responder a sus preguntas. Sólo les diré que durante el año en curso seguiremos adelante con los esfuerzos en la misma línea que les acabo de exponer. Ello se refiere, por supuesto, a continuar la lucha contra el terrorismo, cuyos éxitos hemos consolidado en Siria, donde la etapa más importante ahora es la transición a la solución política. En colaboración con nuestros socios turcos e iraníes estamos organizando el Congreso del Diálogo Nacional Sirio que también prevé la participación de una amplia gama de fuerzas sirias, tal y como lo exige la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU. Lucharemos por preservar el acuerdo sobre el programa nuclear iraní y normalizar la situación en torno al proceso de paz palestino-israelí. La falta de solución al problema palestino agrava seriamente los problemas de Oriente Próximo. Por supuesto que seguiremos trabajando sobre la cuestión ucraniana, cuya solución no tiene más alternativa que un cumplimiento cabal y coherente del Conjunto de Medidas aprobado en Minsk en febrero de 2015.
Tenemos en el orden del día un evento importantísimo para Rusia como lo son las elecciones de presidente de la Federación de Rusia. Nuestras misiones en el exterior –embajadas, consulados generales, centros rusos de ciencia y cultura– realizan las gestiones necesarias para que todo ciudadano ruso que se encuentre fuera del país y quiera participar en los comicios pueda hacerlo de la forma más cómoda posible.
Pregunta: Creo que Usted sabe que los medios de comunicación publican con frecuencia a finales del año vocabularios de los temas y expresiones clave. Si tuviese que preparar tal vocabulario en el ámbito de relaciones internacionales al término de 2017, ¿qué temas y frases clave incluiría?
Respuesta: En cuanto a las frases, las dejaré aparte. Temo ser malentendido de nuevo.
En lo que se refiere a los temas, Siria, claro está. Es un problema en que se centran muchos intereses de muchos actores. Como ya he dicho, promoviendo la iniciativa de convocar el Congreso del Diálogo Nacional Sirio tratamos de armonizar los intereses de todos los bandos del conflicto sirio y de actores externos que ejercen una influencia en la situación y quieren garantizar sus intereses en esta región, en particular, en el marco del arreglo sirio. Es un proceso complicado. Repito que tenemos todos los motivos para esperar que Rusia, Irán y Turquía continúen desempeñando el papel protagónico que hace un año permitió iniciar el proceso de Astaná, crear zonas de distensión cuyo régimen sigue en vigor a pesar de todos los intentos de provocar su fracaso y de varias violaciones. Es importante también que el proceso de Astaná haya dado un estímulo para actuar a la ONU que, de hecho, permaneció inactiva durante diez meses, antes del inicio de las reuniones en Astaná. Espero que la iniciativa del Congreso del Diálogo Nacional Sirio estimule también a la ONU para que intensifique su actividad. En cualquier caso, el objetivo del Congreso a celebrarse en Sochi es contribuir a las negociaciones en Ginebra. Lo explicamos claramente a todos nuestros colegas, incluidos los dirigentes de la ONU y los países que participan en el arreglo sirio.
Creo que el segundo tema es todo lo que está vinculado con la región de Oriente Próximo y el Norte de África. El arreglo sirio es sólo una parte de un complicado cúmulo de problemas que afronta esta región. Destacaría a Libia, Yemen, ya he mencionado el arreglo palestino-israelí que está atascado en un punto muerto. Estoy convencido de que este punto muerto en que está el arreglo palestino-israelí, el avance hacia la creación del Estado Palestino ejercen una influencia en la radicalización de los ánimos en el mundo árabe.
Otro tema es Ucrania al que otorgan artificialmente más importancia que la que merece al ser visto como piedra de afilar de la confrontación entre Rusia y Occidente, en general. Si se apartasen de esta valoración, dejasen de interpretar la crisis ucraniana desde la óptica del enfrentamiento de la Rusia ’autoritaria’ y el Occidente ’liberal’ y se concentrasen en lugar de eso en lo que está escrito en los acuerdos de Minsk (allí todo está claro y preciso y no puede interpretarse de modo ambiguo) creo que la crisis ucraniana se habría arreglado desde hace tiempo. Esto significaría que la renuncia a una interpretación ideologizada de la situación que supuestamente tiene una importancia global para las relaciones de Rusia y Occidente, permitiría a nuestros colegas occidentales dejar de apoyar la línea irreflexiva e imprudente de Kiev, encaminada a incumplir todos sus compromisos asumidos a tenor de los acuerdos de Minsk.
Se puede hablar durante mucho tiempo, infinitamente sobre las tendencias positivas. Se trata del desarrollo de la integración euroasiática, la realización del Gran Proyecto Euroasiático con la participación de la Unión Económica Euroasiática (UEEA), la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), los países de la ASEAN, su apertura para nuevos participantes de Oriente y Occidente. Naturalmente, es necesario hablar sobre los procesos de integración más amplios: en la región de Asia Pacífico, en la actividad del APEC, G20 y BRICS. Son los grupos en que se han plasmado las tendencias del mundo actual, es decir, un proceso objetivo de formación del sistema policéntrico de las relaciones internacionales.
Estoy seguro de que hay algo que he olvidado de mencionar, se me han ocurrido los asuntos que tenemos sobre el tapete diariamente.


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