Cinco problemas estructurales del Capitalismo agudizados por
la crisis sanitaria
José Luis Ríos Vera Iván Montero Gabino Javier Ángeles Calderón
José Luis Ríos Vera Iván Montero Gabino Javier Ángeles Calderón
A finales de 1960, el filósofo húngaro István Mészáros señaló que el Capitalismo había llegado a su límite histórico y, con ello, los ciclos largos de la economía se habían agotado. Afirmó que estábamos frente a la crisis estructural del capital.1
Estas ideas se verificaron décadas más tarde, con el auge del parasitismo financiero y el estallido de la crisis de 2008. El pensamiento marxista redobló entonces la discusión sobre la crisis del sistema capitalista mundial.2 Por ejemplo, para Samir Amín se trataba de una época que experimenta el “agotamiento histórico del sistema”.3
Ahora, con la pandemia global causada por el SARS-CoV-2, la crisis del capitalismo se ha agudizado y manifestado en múltiples dimensiones, entre las que destacan la económica, energética, ecológica, sanitaria, financiera y del mundo del trabajo encabezado por el desempleo y la precarización del trabajo. Elementos que se articulan entre sí y ponen en entre dicho el orden “civilizatorio” del capital. A continuación, esbozamos algunos de sus elementos.
1. El nulo crecimiento de la economía
Después de que en 2019 se presentó el menor crecimiento de la década, el FMI estimaba que la economía mundial crecería 3.4 % este 2020; sin embargo, las estimaciones presentadas se desplomaron en las últimas semanas a causa de la pandemia mundial. En abril el mismo organismo estimó que la economía mundial va a contraerse en -3 %. Estados Unidos será quien más contribuya a esta recesión mundial, con el 31 %, muy por arriba del segundo y tercer lugar, Alemania con 7.7 % y
1 Mészáros, Itsván, La crisis estructural del capital, Publicaciones MINCI (2009), Venezuela.
2 Cfr., Foro de elaboración y debate: Capitalismo en trance, Revista Herramienta, disponible en: https://www.herramienta.com.ar/articulo.php?id=656 y Observatorio Internacional de la Crisis, http://www.observatoriodelacrisis.org/.
3 Samir Amín, Entrevista, 14/10/2016: https://rebelion.org/la-afirmacion-de-la-soberania-nacional- popular-frente-a-la-ofensiva-del-capital/
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Japón 7.1 %, respectivamente. Más atrás le siguen Brasil con 4.5% y México con 4.3%,
ocupando el noveno y décimo lugar.4
A esto se agrega la reciente contracción de la gran fábrica mundial, China, con - 6.8 % en el primer trimestre del año. Sin duda, esto no le permitirá empujar a la economía mundial como lo hizo en la post-crisis del 2008-2009.
Analistas optimistas hablan de una recuperación económica en forma de “V”, esto es un fuerte descenso y una recuperación rápida, así como también prevén un manejo “equilibrado” del endeudamiento global; no obstante, la vuelta a la “normalidad” no ocurrirá. La pandemia ha detonado la contracción económica, ha agudizado los problemas de estancamiento estructural de la economía mundial durante las últimas décadas, que en promedio ha girado en torno al 3% y aún menor ritmo en la última década (ver gráfico).
El capitalismo ya no es capaz de crecer a ritmos acelerados de manera generalizada como en el pasado. Por el contrario, nos encontramos ante una crisis económica mundial de dimensiones históricas.
4 Bloomberg, 17 de abril 2020, disponible en: https://www.bloombergquint.com/global-economics/u- s-is-expected-to-lead-a-contraction-in-global-gdp-this-year#!/homepage.
A esto se agrega la reciente contracción de la gran fábrica mundial, China, con - 6.8 % en el primer trimestre del año. Sin duda, esto no le permitirá empujar a la economía mundial como lo hizo en la post-crisis del 2008-2009.
Analistas optimistas hablan de una recuperación económica en forma de “V”, esto es un fuerte descenso y una recuperación rápida, así como también prevén un manejo “equilibrado” del endeudamiento global; no obstante, la vuelta a la “normalidad” no ocurrirá. La pandemia ha detonado la contracción económica, ha agudizado los problemas de estancamiento estructural de la economía mundial durante las últimas décadas, que en promedio ha girado en torno al 3% y aún menor ritmo en la última década (ver gráfico).
El capitalismo ya no es capaz de crecer a ritmos acelerados de manera generalizada como en el pasado. Por el contrario, nos encontramos ante una crisis económica mundial de dimensiones históricas.
4 Bloomberg, 17 de abril 2020, disponible en: https://www.bloombergquint.com/global-economics/u- s-is-expected-to-lead-a-contraction-in-global-gdp-this-year#!/homepage.
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2. La crisis financiera
A pesar de los intentos de salvatajes que los organismos financieros internacionales, los Estados imperialistas y sus bancos centrales han llevado a cabo para evitar el colapso del sistema financiero internacional, no han sido capaces de evadir la crisis, y las burbujas bursátiles (de deuda privada o pública) podrían estallar.
2.1 La deuda corporativa
El mismo FMI en su reciente Informe Anual de Estabilidad Financiera Global (abril/2020) ha señalado que “una nueva intensificación de la crisis podría afectar a la estabilidad financiera mundial”.
El organismo alertó sobre las condiciones vulnerables de las empresas no financieras con deuda corporativa, la cual ha crecido en la última década (ver gráfico), por lo que una recesión de mayor duración y un incremento en los costos de financiamiento podrían estallar creando “problemas corporativos a gran escala”, por ejemplo, un efecto dominó en el mercado de crédito.
A pesar de los intentos de salvatajes que los organismos financieros internacionales, los Estados imperialistas y sus bancos centrales han llevado a cabo para evitar el colapso del sistema financiero internacional, no han sido capaces de evadir la crisis, y las burbujas bursátiles (de deuda privada o pública) podrían estallar.
2.1 La deuda corporativa
El mismo FMI en su reciente Informe Anual de Estabilidad Financiera Global (abril/2020) ha señalado que “una nueva intensificación de la crisis podría afectar a la estabilidad financiera mundial”.
El organismo alertó sobre las condiciones vulnerables de las empresas no financieras con deuda corporativa, la cual ha crecido en la última década (ver gráfico), por lo que una recesión de mayor duración y un incremento en los costos de financiamiento podrían estallar creando “problemas corporativos a gran escala”, por ejemplo, un efecto dominó en el mercado de crédito.
4
La OCDE estima que la emisión global de bonos corporativos se situó en 1.7
billones (en español) anuales, en contraste a 864 mil millones de dólares entre el año
2000 y 2008. Por lo que para finales de 2019, el saldo global de bonos corporativos no
financieros fue de 13.5 billones de dólares, el doble de lo registrado en 2008.
La economía estadounidense sobresale por el crecimiento de la deuda corporativa de las empresas no financieras. La FED estimó que la deuda corporativa superó el 30% del PIB, por lo que pasó de 3.3 billones antes de la crisis financiera a 6.5 billones de dólares en 2019 (ver gráfico).
Lo que impulsa la deuda corporativa es, claro está, el periodo bajista de las tasas de interés y las políticas de los bancos centrales. No obstante, las grandes transnacionales se endeudan, pero no para invertir en la esfera productiva (investigación, tecnología, fuerza de trabajo, productividad).
Vinculado a la caída de la tasa de ganancia (otro rasgo de la crisis estructural del capital), las empresas se endeudan para hacer “recompras de acciones” (buybacks) en la bolsa, lo que genera el alza del “valor” de esas acciones. Esto incrementa la capitalización accionaria (auge bursátil), se maximizan ganancias y dividendos de los
La economía estadounidense sobresale por el crecimiento de la deuda corporativa de las empresas no financieras. La FED estimó que la deuda corporativa superó el 30% del PIB, por lo que pasó de 3.3 billones antes de la crisis financiera a 6.5 billones de dólares en 2019 (ver gráfico).
Lo que impulsa la deuda corporativa es, claro está, el periodo bajista de las tasas de interés y las políticas de los bancos centrales. No obstante, las grandes transnacionales se endeudan, pero no para invertir en la esfera productiva (investigación, tecnología, fuerza de trabajo, productividad).
Vinculado a la caída de la tasa de ganancia (otro rasgo de la crisis estructural del capital), las empresas se endeudan para hacer “recompras de acciones” (buybacks) en la bolsa, lo que genera el alza del “valor” de esas acciones. Esto incrementa la capitalización accionaria (auge bursátil), se maximizan ganancias y dividendos de los
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accionistas, esto es, incrementando el “capital ficticio” hasta que se pincha la burbuja,
como asistimos en los últimos años de mercados alcistas hasta su caída con enorme
fuerza en el mes de marzo (ver gráfico).5 En este mes, la escala de los derrumbes
bursátiles fue mundial, todas las bolsas cayeron.
Las grandes empresas también se endeudan para comprar créditos (deudas) de otras empresas y/o deuda pública, con el fin de maximizar sus rendimientos.6
Aquí los riesgos crecen cuando las empresas compran créditos (deudas) de las empresas con menor solidez. Si las empresas tienen problemas para pagar, las empresas acreedoras también tendrán problemas y más aún si estas empresas acreedoras también han contraído deudas. Con el despliegue de estas
5 “La caída de los tipos de interés tiene dos consecuencias directas: la inflación de burbujas de activos financieros y la acumulación de montañas de deuda. En realidad, se trata de dos caras de la misma moneda: para cada deudor hay un acreedor; cada deuda es el activo de otro deudor. Las burbujas de activos podrán desinflarse o bien reventaran tarde o temprano”. John Smith “¿Puede el capitalismo explotar como una supernova?”, 11 de Abril 2020, https://observatoriocrisis.com/2020/04/10/puede- el-capitalismo-explotar-como-una-supernova/.
6 Ver, Eric Toussaint, “La pandemia del capitalismo, el coronavirus y la crisis económica”, 20 de marzo (Tres partes). https://www.cadtm.org/La-pandemia-del-capitalismo-el-coronavirus-y-la-crisis- economica
Las grandes empresas también se endeudan para comprar créditos (deudas) de otras empresas y/o deuda pública, con el fin de maximizar sus rendimientos.6
Aquí los riesgos crecen cuando las empresas compran créditos (deudas) de las empresas con menor solidez. Si las empresas tienen problemas para pagar, las empresas acreedoras también tendrán problemas y más aún si estas empresas acreedoras también han contraído deudas. Con el despliegue de estas
5 “La caída de los tipos de interés tiene dos consecuencias directas: la inflación de burbujas de activos financieros y la acumulación de montañas de deuda. En realidad, se trata de dos caras de la misma moneda: para cada deudor hay un acreedor; cada deuda es el activo de otro deudor. Las burbujas de activos podrán desinflarse o bien reventaran tarde o temprano”. John Smith “¿Puede el capitalismo explotar como una supernova?”, 11 de Abril 2020, https://observatoriocrisis.com/2020/04/10/puede- el-capitalismo-explotar-como-una-supernova/.
6 Ver, Eric Toussaint, “La pandemia del capitalismo, el coronavirus y la crisis económica”, 20 de marzo (Tres partes). https://www.cadtm.org/La-pandemia-del-capitalismo-el-coronavirus-y-la-crisis- economica
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vulnerabilidades, puede presentarse una ola de impagos y quiebras (de alto riesgo con
el peso de la recesión) con efectos destructivos en la economía real.7
Nuevamente, el stock actual de bonos corporativos en Estados Unidos se pone de relieve. En EEUU existe un elevado riesgo por la cantidad de empresas involucradas en créditos “apalancados” (basura) que supera 1.2 billones de dólares y que con el confinamiento económico y el peso de la recesión no hacen sino agravar sus condiciones para enfrentar sus obligaciones de pago.8
Como señala John Smith:
El capitalismo global más imperialista que nunca (ya que es más parasitario y más dependiente de los ingresos de la súper- explotación en los países con salarios bajos) se dirige inexorablemente hacia el estallido de la burbuja de activos y el desplome de su montaña de deuda. En realidad todo lo que los bancos centrales imperialistas han hecho desde 2008 sólo ha servido para posponer el inevitable día del juicio final. Pero ahora ese día está llegando.9
Si en la segunda parte del mes de marzo y principios de abril no estalló una gran crisis financiera, fue porque los bancos centrales (fundamentalmente la FED, BCE y el Banco de Inglaterra) en lugar de actuar contra el parasitismo especulativo del capital transnacional establecieron salvamentos, comprando activos, otorgando créditos, respaldando bonos “basura”, remunerando al gran capital. Más de 5 Billones de dólares fueron generados por los bancos centrales para evitar el colapso del sistema
7 A finales de 2019 el FMI calculó que la deuda de aquellas empresas que no pueden enfrentar los gastos de intereses con ganancias podría ascender a 19 billones de dólares. Con el peso de la recesión actual la economía global podría sumergirse en un escenario de crisis mucho más grave que la de 2008. 8 Matt Wirz y Nick Timiraos, “The Next Coronavirus Financial Crisis: Record Piles of Risky Corporate Debt”, WSJ, 19 de marzo de 2020.
9 Op. Cit. Así también señala Eric Toussaint: “Después de la burbuja del mercado de valores que comenzó a estallar con estrépito en febrero-marzo de 2020, la burbuja del mercado obligatorio [de deudas] también comenzó a estallar. Otra burbuja comenzó a estallar, la del mercado hipotecario en los Estados Unidos”. Op. Cit.
Nuevamente, el stock actual de bonos corporativos en Estados Unidos se pone de relieve. En EEUU existe un elevado riesgo por la cantidad de empresas involucradas en créditos “apalancados” (basura) que supera 1.2 billones de dólares y que con el confinamiento económico y el peso de la recesión no hacen sino agravar sus condiciones para enfrentar sus obligaciones de pago.8
Como señala John Smith:
El capitalismo global más imperialista que nunca (ya que es más parasitario y más dependiente de los ingresos de la súper- explotación en los países con salarios bajos) se dirige inexorablemente hacia el estallido de la burbuja de activos y el desplome de su montaña de deuda. En realidad todo lo que los bancos centrales imperialistas han hecho desde 2008 sólo ha servido para posponer el inevitable día del juicio final. Pero ahora ese día está llegando.9
Si en la segunda parte del mes de marzo y principios de abril no estalló una gran crisis financiera, fue porque los bancos centrales (fundamentalmente la FED, BCE y el Banco de Inglaterra) en lugar de actuar contra el parasitismo especulativo del capital transnacional establecieron salvamentos, comprando activos, otorgando créditos, respaldando bonos “basura”, remunerando al gran capital. Más de 5 Billones de dólares fueron generados por los bancos centrales para evitar el colapso del sistema
7 A finales de 2019 el FMI calculó que la deuda de aquellas empresas que no pueden enfrentar los gastos de intereses con ganancias podría ascender a 19 billones de dólares. Con el peso de la recesión actual la economía global podría sumergirse en un escenario de crisis mucho más grave que la de 2008. 8 Matt Wirz y Nick Timiraos, “The Next Coronavirus Financial Crisis: Record Piles of Risky Corporate Debt”, WSJ, 19 de marzo de 2020.
9 Op. Cit. Así también señala Eric Toussaint: “Después de la burbuja del mercado de valores que comenzó a estallar con estrépito en febrero-marzo de 2020, la burbuja del mercado obligatorio [de deudas] también comenzó a estallar. Otra burbuja comenzó a estallar, la del mercado hipotecario en los Estados Unidos”. Op. Cit.
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financiero internacional.10 Esto es más del doble de la crisis financiera de 2008-2009 y
sólo en cuestión de semanas (ver gráfico).
¿A costa de qué ocurrió esto? Nada menos que de nuevos niveles de endeudamiento, los cuales son empujados por los bancos centrales de los países imperialistas, el FMI y el BM.
Chocando frente a sus propios dogmas, el FMI llamó a la política fiscal como la herramienta clave para enfrentar la crisis. Como en su momento dijera Mario Draghi, ex director del BCE, el organismo llamó a “hacer lo que sea necesario” para enfrentar los daños económicos, por lo que apeló a extender los estímulos fiscales “de amplia base y coordinado a escala mundial”.11
Los gobiernos de todo el mundo aplican paquetes fiscales, aunque dadas las asimetrías entre países dominantes y dependientes, no todas las medidas son de igual magnitud. Por ejemplo, las condiciones de endeudamiento de los países “en desarrollo” dejan márgenes de acción muy limitados.
10 “Los bancos centrales ayudan al 1% a expensas del 99% mientras afirman servir al interés general”. Eric Toussaint, op. Cit.
11 FMI, disponible en: https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=13222.
¿A costa de qué ocurrió esto? Nada menos que de nuevos niveles de endeudamiento, los cuales son empujados por los bancos centrales de los países imperialistas, el FMI y el BM.
Chocando frente a sus propios dogmas, el FMI llamó a la política fiscal como la herramienta clave para enfrentar la crisis. Como en su momento dijera Mario Draghi, ex director del BCE, el organismo llamó a “hacer lo que sea necesario” para enfrentar los daños económicos, por lo que apeló a extender los estímulos fiscales “de amplia base y coordinado a escala mundial”.11
Los gobiernos de todo el mundo aplican paquetes fiscales, aunque dadas las asimetrías entre países dominantes y dependientes, no todas las medidas son de igual magnitud. Por ejemplo, las condiciones de endeudamiento de los países “en desarrollo” dejan márgenes de acción muy limitados.
10 “Los bancos centrales ayudan al 1% a expensas del 99% mientras afirman servir al interés general”. Eric Toussaint, op. Cit.
11 FMI, disponible en: https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=13222.
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Alrededor de 8 billones de dólares en apoyos fiscales han dispuesto los
gobiernos a nivel mundial (gasto en insumos médicos, apoyo al consumidor, fondos
para empresas, exenciones de impuestos, apoyos de préstamos, garantías bancarias y
subsidios salariales), los que son orientados a salvamentos de la economía y, en su
gran mayoría, de las grandes empresas y bancos.
Los organismos financieros internacionales junto con los Bancos centrales reconocen que, dadas las vulnerabilidades del sistema financiero mundial, podrían ser insuficientes los recursos promovidos por los Estados y organismos públicos. Como advirtió en su momento I. Mészáros:
... nos estamos aproximando a un límite sistémico, pues estamos obligados a enfrentar la insuficiencia crónica de ayuda externa referida a aquello que el Estado está en condiciones de ofrecer. En realidad, la crisis estructural del capital, es inseparable de la insuficiencia crónica de esa ayuda externa [del Estado], bajo condiciones en que los defectos y las fallas de ese sistema antagónico de reproducción social exigen una oferta ilimitada de ella.12
Con los déficits fiscales, lo que tenemos es, consecuentemente, el incremento de la deuda. Solamente para la deuda fiscal bruta mundial, el FMI estima un incremento de entre 83.3 % (2019) y 96.4 % del PIB en 2020.
Hasta ahora, entre estímulos, rescates e impresión de dinero, el gobierno estadounidense ha dispuesto de más de 6 billones de dólares para enfrentar la recesión, con 2.9 billones en gastos fiscales (14% del PIB) y 4 billones de la Reserva Federal. Además, se han anunciado disposiciones para gastar otros 3 billones de dólares y el presidente de la FED, Jerome H. Powell, advirtió el día 13 de mayo que “los esfuerzos del banco central para detener el daño a la economía estadounidense no serían suficientes para abordar una recesión sin precedentes modernos” a menos de que se incrementen los “apoyos fiscales”.
12 Socialismo o Barbarie. S. XXI. 2004. p. 13.
Los organismos financieros internacionales junto con los Bancos centrales reconocen que, dadas las vulnerabilidades del sistema financiero mundial, podrían ser insuficientes los recursos promovidos por los Estados y organismos públicos. Como advirtió en su momento I. Mészáros:
... nos estamos aproximando a un límite sistémico, pues estamos obligados a enfrentar la insuficiencia crónica de ayuda externa referida a aquello que el Estado está en condiciones de ofrecer. En realidad, la crisis estructural del capital, es inseparable de la insuficiencia crónica de esa ayuda externa [del Estado], bajo condiciones en que los defectos y las fallas de ese sistema antagónico de reproducción social exigen una oferta ilimitada de ella.12
Con los déficits fiscales, lo que tenemos es, consecuentemente, el incremento de la deuda. Solamente para la deuda fiscal bruta mundial, el FMI estima un incremento de entre 83.3 % (2019) y 96.4 % del PIB en 2020.
Hasta ahora, entre estímulos, rescates e impresión de dinero, el gobierno estadounidense ha dispuesto de más de 6 billones de dólares para enfrentar la recesión, con 2.9 billones en gastos fiscales (14% del PIB) y 4 billones de la Reserva Federal. Además, se han anunciado disposiciones para gastar otros 3 billones de dólares y el presidente de la FED, Jerome H. Powell, advirtió el día 13 de mayo que “los esfuerzos del banco central para detener el daño a la economía estadounidense no serían suficientes para abordar una recesión sin precedentes modernos” a menos de que se incrementen los “apoyos fiscales”.
12 Socialismo o Barbarie. S. XXI. 2004. p. 13.
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En conjunto, estas cifras representan más de una cuarta parte del PIB de los
EEUU, lo que significa que ¡el imperio deberá más de lo que su economía produce en un
año!
El secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, inmediatamente después de señalar que “es sensible” sobre las preocupaciones respecto al incremento de la deuda federal, señaló: “Esta es una guerra, y necesitamos ganar esta guerra y gastar lo que sea necesario para ganar la guerra” (WSJ, 22-4-2020).
Desde la crisis de 2008, el sistema financiero mundial no ha hecho sino agravar sus propias contradicciones. Si bien en el pasado mes de marzo el sistema estuvo a punto de colapsar por la elevada deuda corporativa, los derrumbes bursátiles y su alta volatilidad, lo cierto es que hoy –cuando los bancos centrales han logrado “estabilizarlo”– el mismo FMI enciende las alertas sobre una “tormenta perfecta” que se cierne sobre los países “en vías desarrollo”, lo que conduciría a un “aumento en las reestructuraciones de la deuda, poniendo a prueba los marcos de resolución de la deuda existentes”.
2.2 La deuda en el Sur Global
Con la paralización económica que demanda la crisis sanitaria, los países periféricos y dependientes se encuentran drásticamente afectados por las caídas de los precios de sus productos básicos de exportación (energéticos, agricultura, metales, minerales, etc.), además de la caída de las remesas y los ingresos por turismo.
A ello debe añadirse que los capitales especulativos fueron impactados por lo que en la jerga del mercado se denomina “aversión al riesgo”, situación que permitió sacar (fuga de capitales) alrededor de 100 mil millones de dólares de estos países en los últimos tres meses (ver gráfico). Ello ocasionó devaluaciones monetarias en distintos países, enorme quema de reservas para sostener las monedas, así como mayores problemas con las deudas corporativas y públicas.
El secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin, inmediatamente después de señalar que “es sensible” sobre las preocupaciones respecto al incremento de la deuda federal, señaló: “Esta es una guerra, y necesitamos ganar esta guerra y gastar lo que sea necesario para ganar la guerra” (WSJ, 22-4-2020).
Desde la crisis de 2008, el sistema financiero mundial no ha hecho sino agravar sus propias contradicciones. Si bien en el pasado mes de marzo el sistema estuvo a punto de colapsar por la elevada deuda corporativa, los derrumbes bursátiles y su alta volatilidad, lo cierto es que hoy –cuando los bancos centrales han logrado “estabilizarlo”– el mismo FMI enciende las alertas sobre una “tormenta perfecta” que se cierne sobre los países “en vías desarrollo”, lo que conduciría a un “aumento en las reestructuraciones de la deuda, poniendo a prueba los marcos de resolución de la deuda existentes”.
2.2 La deuda en el Sur Global
Con la paralización económica que demanda la crisis sanitaria, los países periféricos y dependientes se encuentran drásticamente afectados por las caídas de los precios de sus productos básicos de exportación (energéticos, agricultura, metales, minerales, etc.), además de la caída de las remesas y los ingresos por turismo.
A ello debe añadirse que los capitales especulativos fueron impactados por lo que en la jerga del mercado se denomina “aversión al riesgo”, situación que permitió sacar (fuga de capitales) alrededor de 100 mil millones de dólares de estos países en los últimos tres meses (ver gráfico). Ello ocasionó devaluaciones monetarias en distintos países, enorme quema de reservas para sostener las monedas, así como mayores problemas con las deudas corporativas y públicas.
10
Hasta septiembre de 2019, se sabe que la deuda global equivale al 322 % del PIB
mundial, esto es, 253 billones (87 billones más que al inicio de la crisis de 2008). La
deuda total (hogares, empresas y gobiernos) en las economías “avanzadas” equivale el
383 % de su PIB. El endeudamiento público de los países europeos es crónico y de alto
riesgo. La deuda de países como Grecia, Italia, rebasan por mucho el 100% del PIB. El
endeudamiento de España y Francia cubren el 99% del PIB.
Para los países “en desarrollo”, llamados por los organismos financieros como “mercados emergentes”, la relación deuda/PIB cubre el 168% del PIB, el cual se explica por un incremento notable en la última década (ver Gráfico). Según ha señalado el Instituto de Finanzas Internacionales, ¡la deuda del conjunto de los mercados emergentes gira en torno a los 71 billones de dólares! Por su parte, la UNCTAD refiere que la deuda de los países "en desarrollo" es mayor, y cubre el 191% de su PIB.
Para los países “en desarrollo”, llamados por los organismos financieros como “mercados emergentes”, la relación deuda/PIB cubre el 168% del PIB, el cual se explica por un incremento notable en la última década (ver Gráfico). Según ha señalado el Instituto de Finanzas Internacionales, ¡la deuda del conjunto de los mercados emergentes gira en torno a los 71 billones de dólares! Por su parte, la UNCTAD refiere que la deuda de los países "en desarrollo" es mayor, y cubre el 191% de su PIB.
11
Hablando solamente de los países africanos, “la deuda exterior pública se
duplicó con creces entre 2010 y 2018, pasando de 160.000 millones de dólares a
365.500 millones de dólares".13
América Latina incrementó su deuda pública en 15 puntos porcentuales del PIB en los últimos nueve años.
13 Comité para la abolición de las deudas ilegitimas (CADTM), Comunicado de prensa 13 de abril 2020, disponible en: https://www.cadtm.org/Anulacion-de-la-deuda-publica-de-los-paises-africanos-para- que-puedan-hacer
América Latina incrementó su deuda pública en 15 puntos porcentuales del PIB en los últimos nueve años.
13 Comité para la abolición de las deudas ilegitimas (CADTM), Comunicado de prensa 13 de abril 2020, disponible en: https://www.cadtm.org/Anulacion-de-la-deuda-publica-de-los-paises-africanos-para- que-puedan-hacer
12
Dada la profundidad de la crisis, los países en desarrollo no tendrán los recursos
necesarios para afrontar sus obligaciones de pago, menos aún en un contexto de crisis
para hacer frente tanto al deterioro de los sistemas de salud como ante la
profundización de la recesión económica desencadenada por la pandemia.
Si bien a partir de 2014, año en que comienza a reflejarse el declive económico latinoamericano (¡que lleva ya siete años!), se experimenta un incremento del pago de intereses respecto a los gastos en salud (ver gráfico). Con la emergencia sanitaria, los gobiernos de América Latina difícilmente podrán encarar las necesidades de gastos en salud y de apoyo a las clases populares si no cuestionan el carácter ilegítimo de las deudas y decretan su revisión y anulación.
Se estima que los países del Sur realizarían transferencias por deuda de más de 50 mil millones de dólares en 2020. El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que aglutina a 450 poderosas empresas de servicios financieros ha señalado que estos países pagarán otros 130 mil millones de dólares en deudas internas este año.
En las últimas semanas, países como Zambia, Ecuador y Ruanda han hecho público que están luchando para pagar sus deudas. Distintos países como Sudáfrica,
Si bien a partir de 2014, año en que comienza a reflejarse el declive económico latinoamericano (¡que lleva ya siete años!), se experimenta un incremento del pago de intereses respecto a los gastos en salud (ver gráfico). Con la emergencia sanitaria, los gobiernos de América Latina difícilmente podrán encarar las necesidades de gastos en salud y de apoyo a las clases populares si no cuestionan el carácter ilegítimo de las deudas y decretan su revisión y anulación.
Se estima que los países del Sur realizarían transferencias por deuda de más de 50 mil millones de dólares en 2020. El Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), que aglutina a 450 poderosas empresas de servicios financieros ha señalado que estos países pagarán otros 130 mil millones de dólares en deudas internas este año.
En las últimas semanas, países como Zambia, Ecuador y Ruanda han hecho público que están luchando para pagar sus deudas. Distintos países como Sudáfrica,
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Ecuador, etc., han visto la degradación de su calificación crediticia, y por ende, el
aumento de sus costos.
Argelia dependiente del petróleo, ha señalado que cortará su presupuesto a la mitad. Más de 100 países han solicitado préstamos al FMI. El Líbano ha iniciado un proceso de reestructuración. Argentina se mantiene bajo elevadas tensiones en el proceso de reestructuración de la deuda con los principales grupos de acreedores y tenedores de bonos (BlackRock Inc; Ashmore Group Plc; Fidelity Investments; Comité de Acreedores de Argentina; Fintech Advisory and Gramercy Funds Management; Exchange Bondholder Group).
Para este año, países como Ghana, Angola, Honduras y Nigeria, se enfrentan a reembolsos de bonos por más de 500 millones de dólares cada uno. En el marco de la cumbre virtual del Movimiento de Países No alineados (MNOAL), el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, llamó a la “cancelación total de la deuda”. Como vemos, una espiral de crisis de deuda generalizada amenaza al sistema financiero internacional.
Ante ello, el FMI y el BM convocaron a los países del G20 –que incluye a China convertida en el mayor acreedor del mundo “en desarrollo” superando al FMI y al BM (ver gráfico)– y a los tenedores de bonos privados a suspender la deuda por algunos meses y dar lo que han llamado un “alivio humanitario”.
Según se dio a conocer, el G20 acordó congelar “temporalmente” alrededor de 20 mil millones de dólares en reembolsos de préstamos bilaterales para 76 países más pobres, pero los grupos gigantes de acreedores privados internacionales han decidido presionar e incluso unir fuerzas para vencer a los gobiernos hasta que les sea pagado hasta el último centavo del adeudo.
Argelia dependiente del petróleo, ha señalado que cortará su presupuesto a la mitad. Más de 100 países han solicitado préstamos al FMI. El Líbano ha iniciado un proceso de reestructuración. Argentina se mantiene bajo elevadas tensiones en el proceso de reestructuración de la deuda con los principales grupos de acreedores y tenedores de bonos (BlackRock Inc; Ashmore Group Plc; Fidelity Investments; Comité de Acreedores de Argentina; Fintech Advisory and Gramercy Funds Management; Exchange Bondholder Group).
Para este año, países como Ghana, Angola, Honduras y Nigeria, se enfrentan a reembolsos de bonos por más de 500 millones de dólares cada uno. En el marco de la cumbre virtual del Movimiento de Países No alineados (MNOAL), el presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari, llamó a la “cancelación total de la deuda”. Como vemos, una espiral de crisis de deuda generalizada amenaza al sistema financiero internacional.
Ante ello, el FMI y el BM convocaron a los países del G20 –que incluye a China convertida en el mayor acreedor del mundo “en desarrollo” superando al FMI y al BM (ver gráfico)– y a los tenedores de bonos privados a suspender la deuda por algunos meses y dar lo que han llamado un “alivio humanitario”.
Según se dio a conocer, el G20 acordó congelar “temporalmente” alrededor de 20 mil millones de dólares en reembolsos de préstamos bilaterales para 76 países más pobres, pero los grupos gigantes de acreedores privados internacionales han decidido presionar e incluso unir fuerzas para vencer a los gobiernos hasta que les sea pagado hasta el último centavo del adeudo.
14
No obstante, la espiral de esta crisis no podrá detenerse. Más aún, cuando
sabemos que los gobiernos de los países periféricos y dependientes, tienen el derecho
soberano de cancelar de modo definitivo el pago de la deuda y hacer frente a sus
necesidades colectivas. 14
En las condiciones actuales, la carga del endeudamiento del Sur Global permite mayores condiciones para un profundo cuestionamiento de la dialéctica de la articulación del sistema capitalista mundial, esto es, el modo de integración subordinada de las economías periféricas y dependientes a las economías centrales, que a través de mecanismos como el endeudamiento son transferidas enormes partes de la riqueza generada de nuestros países hacia los países dominantes, lo que revigoriza una ley de esta articulación según la cual la reproducción y/o reconfiguración de las relaciones económicas internacionales tiene por objeto la “reproducción ampliada de la dependencia”, esto es, la perpetuación y amplificación del subdesarrollo de nuestros países (R. M. Marini15).
14 Véase, Toussaint, Eric, “Para combatir el Covid-19: ¿Por qué y cómo se ha de suspender inmediatamente el pago de la deuda?”, 12-4-2020, https://www.cadtm.org/Para-combatir-el-Covid-19- Por-que-y-como-se-ha-de-suspender-inmediatamente-el
15 Esta tesis de Marini respecto a la inserción de los países dependientes en la economía capitalista mundial y la operación de relaciones de “explotación capitalista internacional” como “mecanismos económicos que consagran la subordinación” y “perpetúan y amplifican el atraso” de los países subdesarrollados y dependientes es crucial. Nos dice: “la dependencia, [es] entendida como una relación de subordinación entre naciones formalmente independientes, en cuyo marco las relaciones de
En las condiciones actuales, la carga del endeudamiento del Sur Global permite mayores condiciones para un profundo cuestionamiento de la dialéctica de la articulación del sistema capitalista mundial, esto es, el modo de integración subordinada de las economías periféricas y dependientes a las economías centrales, que a través de mecanismos como el endeudamiento son transferidas enormes partes de la riqueza generada de nuestros países hacia los países dominantes, lo que revigoriza una ley de esta articulación según la cual la reproducción y/o reconfiguración de las relaciones económicas internacionales tiene por objeto la “reproducción ampliada de la dependencia”, esto es, la perpetuación y amplificación del subdesarrollo de nuestros países (R. M. Marini15).
14 Véase, Toussaint, Eric, “Para combatir el Covid-19: ¿Por qué y cómo se ha de suspender inmediatamente el pago de la deuda?”, 12-4-2020, https://www.cadtm.org/Para-combatir-el-Covid-19- Por-que-y-como-se-ha-de-suspender-inmediatamente-el
15 Esta tesis de Marini respecto a la inserción de los países dependientes en la economía capitalista mundial y la operación de relaciones de “explotación capitalista internacional” como “mecanismos económicos que consagran la subordinación” y “perpetúan y amplifican el atraso” de los países subdesarrollados y dependientes es crucial. Nos dice: “la dependencia, [es] entendida como una relación de subordinación entre naciones formalmente independientes, en cuyo marco las relaciones de
15
Es por ello que se vuelve necesario y urgente debatir sobre las formas del
fortalecimiento de una política de ruptura estructural con el sistema capitalista
mundial.
2.3 El parasitismo financiero
Sin duda, la pandemia causada por el SARS-CoV-2 también ha puesto en evidencia el papel parasitario del capital financiero y sus emporios multinacionales así como la inestabilidad y gran vulnerabilidad existente en esta esfera.
Desde la década de los setenta los grandes capitales –empujados por la caída de la tasa de ganancia– han orientado la inversión en actividades especulativas como son las bolsas de valores, las aseguradoras, venta y compra de deudas, bonos, etc. En la última década, no ha dejado de crecer la llamada “banca en la sombra” (ver gráfico), cuya fuerza de inestabilidad se corresponde con su gran ausencia de regulación.
Este “sector financiero no bancario” que involucra a fondos de pensiones, grandes aseguradoras, fondos mutuos, fondos de cobertura y capital privado, en el año de 2008 controlaba 98 billones de dólares en activos, poco menos que el sistema bancario global. Para este año de 2020 controla más de 180 billones de dólares, una quinta parte más que los activos bancarios (FT, 12-4-2020).
2.3 El parasitismo financiero
Sin duda, la pandemia causada por el SARS-CoV-2 también ha puesto en evidencia el papel parasitario del capital financiero y sus emporios multinacionales así como la inestabilidad y gran vulnerabilidad existente en esta esfera.
Desde la década de los setenta los grandes capitales –empujados por la caída de la tasa de ganancia– han orientado la inversión en actividades especulativas como son las bolsas de valores, las aseguradoras, venta y compra de deudas, bonos, etc. En la última década, no ha dejado de crecer la llamada “banca en la sombra” (ver gráfico), cuya fuerza de inestabilidad se corresponde con su gran ausencia de regulación.
Este “sector financiero no bancario” que involucra a fondos de pensiones, grandes aseguradoras, fondos mutuos, fondos de cobertura y capital privado, en el año de 2008 controlaba 98 billones de dólares en activos, poco menos que el sistema bancario global. Para este año de 2020 controla más de 180 billones de dólares, una quinta parte más que los activos bancarios (FT, 12-4-2020).
producción de las naciones subordinadas son modificadas o recreadas para asegurar la reproducción
ampliada de la dependencia” (p. 18); y también: “a medida que el mercado mundial alcanza formas más
desarrolladas, el uso de la violencia política y militar para explotar a las naciones débiles se vuelve
superfluo, y la explotación internacional puede descansar progresivamente en la reproducción de
relaciones económicas que perpetúan y amplifican el atraso y la debilidad de esas naciones” (p. 32).
Ver, Dialéctica de la dependencia. México. Era. 1974.
16
El nivel de desplazamiento del sistema bancario ha sido tal que los préstamos
corporativos se llevan a cabo cada vez más en el mercado de bonos, no así en el sector
bancario. Según el Banco de Pagos Internacionales, los bonos representan más de la
mitad de la deuda global. Más aun, a diferencia de la crisis de endeudamiento de la
década de los ochenta, cuyos acreedores principales fueron los grandes bancos, en el
actual despliegue de la crisis de la deuda de los llamados “mercados emergentes”, los
principales acreedores son los fondos privados de bonos y China (ver gráfico).
17
Uno de los resultados de este “giro a la financiarización”, ha sido que los
recursos monetarios han sido retirados de las actividades productivas, con lo cual han
sometido al propio capital industrial y se han convertido en las fracciones
hegemónicas de los países imperialistas. Se ha creado una oligarquía financiera
mundial que ha puesto en riesgo a la propia economía capitalista mundial.
3. La crisis energética
A inicios de marzo, Rusia, Arabia Saudita y Estados Unidos desataron una guerra por los precios del petróleo, ocasionando que estos últimos cayeran como no lo hacían desde 2016.
El 20 de abril el precio se volvió a desplomar, aún después de supuestos acuerdos y topes en la producción; además, la falta de consumo generó una acumulación de crudo y, al unísono, su sobreoferta. Ello afectó directamente a las economías productoras de petróleo.
El precio de referencia en EUA es el West Texas Intermediate (WTI) que colapsó hasta terreno negativo, cayó a -37.63 dólares por barril.
Los impactos para las grandes petroleras son demoledores, sobre todo las que tienen un elevado endeudamiento, mismo que se ha incrementado. Esto reactiva la crisis de deuda corporativa que había sido “estabilizada” parcialmente por el papel de los Estados, como señalamos arriba.
Los países exportadores ya sufren todas sus consecuencias. En México, por ejemplo, el mismo día 20 de abril el crudo de exportación descendió a los -2.37 dólares por barril. PEMEX es la petrolera con mayor deuda en todo el mundo, apenas a inicios del año había solicitado un préstamo de 5 mil millones de dólares, los cuales se enmarcan en los planes que tiene el gobierno para “rescatar” a la paraestatal; sin embargo, debido a las recientes fluctuaciones y la inestabilidad financiera global, las calificadoras internacionales (verdaderos brazos del capital financiero) ya catalogan los bonos de deuda de Pemex como “basura”. El capital financiero le ha arrebatado el
3. La crisis energética
A inicios de marzo, Rusia, Arabia Saudita y Estados Unidos desataron una guerra por los precios del petróleo, ocasionando que estos últimos cayeran como no lo hacían desde 2016.
El 20 de abril el precio se volvió a desplomar, aún después de supuestos acuerdos y topes en la producción; además, la falta de consumo generó una acumulación de crudo y, al unísono, su sobreoferta. Ello afectó directamente a las economías productoras de petróleo.
El precio de referencia en EUA es el West Texas Intermediate (WTI) que colapsó hasta terreno negativo, cayó a -37.63 dólares por barril.
Los impactos para las grandes petroleras son demoledores, sobre todo las que tienen un elevado endeudamiento, mismo que se ha incrementado. Esto reactiva la crisis de deuda corporativa que había sido “estabilizada” parcialmente por el papel de los Estados, como señalamos arriba.
Los países exportadores ya sufren todas sus consecuencias. En México, por ejemplo, el mismo día 20 de abril el crudo de exportación descendió a los -2.37 dólares por barril. PEMEX es la petrolera con mayor deuda en todo el mundo, apenas a inicios del año había solicitado un préstamo de 5 mil millones de dólares, los cuales se enmarcan en los planes que tiene el gobierno para “rescatar” a la paraestatal; sin embargo, debido a las recientes fluctuaciones y la inestabilidad financiera global, las calificadoras internacionales (verdaderos brazos del capital financiero) ya catalogan los bonos de deuda de Pemex como “basura”. El capital financiero le ha arrebatado el
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grado de inversión, lo que incrementará su endeudamiento y sus costos de
financiamiento.
Estas confrontaciones y efectos inesperados colocan sobre la mesa las expresiones del agotamiento en el uso de las energías fósiles, el llamado peak oil. Por lo que, a palabras de Jorge Beinstein, “la tendencia de largo plazo es hacia la subida del precio que no tiene porqué ser ordenada, fácilmente previsible, sino todo lo contrario”, tal como lo experimentamos hoy, bajadas estrepitosas y su correspondiente subida.16
A este respecto, el capitalismo no ha podido realizar una reconversión energética viable: depende de los recursos fósiles como el petróleo para echar a andar su mecanismo global de devastación.
No debe olvidarse que la actual civilización requiere de un equivalente de cerca de “400 mil bombas atómicas como la lanzada sobre Hiroshima, los 365 días del año.”17 Esto es una demanda colosal e irracional de energía, que nos arrastra a problemas como el calentamiento global, el extractivismo y la destrucción del medio ambiente, lo que pone en riesgo de muerte al propio orden civilizatorio del capital y del planeta.
4. La crisis en el mundo del trabajo
La crisis global en el mundo del trabajo se expresa en múltiples dimensiones entre las que se encuentra: el desempleo, la precarización y la informalidad.
En materia de desempleo, de acuerdo con la OIT, la pandemia causará la pérdida de 10.5 % de horas de trabajo a nivel mundial para el segundo trimestre del año, lo que equivale a 305 millones de puestos laborales de tiempo completo –de 48 horas
16 Beinstein, J., “Rostros de la crisis: Reflexiones sobre el colapso de la civilización burguesa”, disponible en https://www.lahaine.org/mundo.php/1oxornadas_antirrepresivas_contra_o_sist.
17 James Hansen citado por John Saxe-Fernández, “Capitalismo y colapso climático IV”, en La Jornada, México, 14 de abril de 2016, disponible en https://www.jornada.com.mx/2016/04/14/opinion/018a1eco.
Estas confrontaciones y efectos inesperados colocan sobre la mesa las expresiones del agotamiento en el uso de las energías fósiles, el llamado peak oil. Por lo que, a palabras de Jorge Beinstein, “la tendencia de largo plazo es hacia la subida del precio que no tiene porqué ser ordenada, fácilmente previsible, sino todo lo contrario”, tal como lo experimentamos hoy, bajadas estrepitosas y su correspondiente subida.16
A este respecto, el capitalismo no ha podido realizar una reconversión energética viable: depende de los recursos fósiles como el petróleo para echar a andar su mecanismo global de devastación.
No debe olvidarse que la actual civilización requiere de un equivalente de cerca de “400 mil bombas atómicas como la lanzada sobre Hiroshima, los 365 días del año.”17 Esto es una demanda colosal e irracional de energía, que nos arrastra a problemas como el calentamiento global, el extractivismo y la destrucción del medio ambiente, lo que pone en riesgo de muerte al propio orden civilizatorio del capital y del planeta.
4. La crisis en el mundo del trabajo
La crisis global en el mundo del trabajo se expresa en múltiples dimensiones entre las que se encuentra: el desempleo, la precarización y la informalidad.
En materia de desempleo, de acuerdo con la OIT, la pandemia causará la pérdida de 10.5 % de horas de trabajo a nivel mundial para el segundo trimestre del año, lo que equivale a 305 millones de puestos laborales de tiempo completo –de 48 horas
16 Beinstein, J., “Rostros de la crisis: Reflexiones sobre el colapso de la civilización burguesa”, disponible en https://www.lahaine.org/mundo.php/1oxornadas_antirrepresivas_contra_o_sist.
17 James Hansen citado por John Saxe-Fernández, “Capitalismo y colapso climático IV”, en La Jornada, México, 14 de abril de 2016, disponible en https://www.jornada.com.mx/2016/04/14/opinion/018a1eco.
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semanales–. En Latinoamérica, se estima que la pérdida será de entre 25 y 31 millones
de empleos. 18
Por su parte, la CEPAL calcula que la pandemia causará una contracción económica del -5.2 % este año en la región, lo que incrementará el desempleo en más de 11 millones de personas, con lo que se alcanzarían los 37.7 millones.
Tan sólo en las últimas ocho semanas, Estados Unidos ya suma más de 36 millones de desempleados, cifra que toma en cuenta únicamente a quienes solicitan el seguro de desempleo. En abril la tasa de desempleo fue de 14.7%, tasa nunca vista desde la Gran Depresión. Según señaló Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, la tasa de desempleo podría alcanzar el 25%, esto es, los niveles de la época de la Gran Depresión. El epicentro del desempleo radicó en el sector servicios. De 20.5 millones de desempleados que arrojó el mes de abril, el sector servicios fue responsable por la eliminación de 17.1 millones de empleos, y gran parte de estos son empleos precarios y con salarios muy bajos.
Según la consultora internacional McKinsey, en Europa están en riesgo hasta 59 millones de empleos. Asimismo, calcula que más de una cuarta parte del empleo del sector privado en la UE y el Reino Unido podría ser afectada.
El problema se agrava cuando observamos a uno de los sectores más vulnerables: el mundo del trabajo precario. La pandemia también puso al desnudo las dimensiones de la precarización del trabajo a nivel global.
OIT, El COVID-19 y el mundo del trabajo. Tercera edición, disponible en: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/--- dcomm/documents/briefingnote/wcms_743154.pdf.
Por su parte, la CEPAL calcula que la pandemia causará una contracción económica del -5.2 % este año en la región, lo que incrementará el desempleo en más de 11 millones de personas, con lo que se alcanzarían los 37.7 millones.
Tan sólo en las últimas ocho semanas, Estados Unidos ya suma más de 36 millones de desempleados, cifra que toma en cuenta únicamente a quienes solicitan el seguro de desempleo. En abril la tasa de desempleo fue de 14.7%, tasa nunca vista desde la Gran Depresión. Según señaló Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, la tasa de desempleo podría alcanzar el 25%, esto es, los niveles de la época de la Gran Depresión. El epicentro del desempleo radicó en el sector servicios. De 20.5 millones de desempleados que arrojó el mes de abril, el sector servicios fue responsable por la eliminación de 17.1 millones de empleos, y gran parte de estos son empleos precarios y con salarios muy bajos.
Según la consultora internacional McKinsey, en Europa están en riesgo hasta 59 millones de empleos. Asimismo, calcula que más de una cuarta parte del empleo del sector privado en la UE y el Reino Unido podría ser afectada.
El problema se agrava cuando observamos a uno de los sectores más vulnerables: el mundo del trabajo precario. La pandemia también puso al desnudo las dimensiones de la precarización del trabajo a nivel global.
OIT, El COVID-19 y el mundo del trabajo. Tercera edición, disponible en: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/--- dcomm/documents/briefingnote/wcms_743154.pdf.
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De acuerdo con un estudio de la OIT la cobertura existente de prestaciones y
seguro por desempleo en el mundo se encuentra muy reducida y concentrada. Una
cobertura de seguro de desempleo con alcance en más de dos tercios de los
desempleados sólo se presenta en 12 países; con alcance entre uno y dos tercios de los
desempleados (en 20 países); con alcance en menos de un tercio de los desempleados
(48 países); esquema de prestaciones de desempleo sin anclaje en la legislación
nacional se presenta en 105 países (ver mapa19).
En las últimas décadas, el fenómeno de la precarización del trabajo ha formado parte de la respuesta del capital ante su crisis estructural. Se trata de una verdadera subsunción [control-subordinación] del trabajo al capital para su mayor explotación y se expresa de distintas maneras: uberización, subcontratación, trabajo a destajo, trabajo por honorarios, trabajo informal, trabajo en casa, empleados eventuales, freelance, pizzaboys, callboys, desempleo e incluso trabajo formal con bajos salarios y sometido al productivismo.20
19 OIT, Informe Mundial sobre la Protección Social 2017-2019. p.53.
20 A este respecto ver los trabajos de Ricardo Antunes. Su última obra, O privilégio da servidão. O novo proletariado de serviços na era digital. Brasil, Boitempo. 2018.
En las últimas décadas, el fenómeno de la precarización del trabajo ha formado parte de la respuesta del capital ante su crisis estructural. Se trata de una verdadera subsunción [control-subordinación] del trabajo al capital para su mayor explotación y se expresa de distintas maneras: uberización, subcontratación, trabajo a destajo, trabajo por honorarios, trabajo informal, trabajo en casa, empleados eventuales, freelance, pizzaboys, callboys, desempleo e incluso trabajo formal con bajos salarios y sometido al productivismo.20
19 OIT, Informe Mundial sobre la Protección Social 2017-2019. p.53.
20 A este respecto ver los trabajos de Ricardo Antunes. Su última obra, O privilégio da servidão. O novo proletariado de serviços na era digital. Brasil, Boitempo. 2018.
21
Este fenómeno es inescindible a los métodos y mecanismos de contratación y
consumo de fuerza laboral correspondiente al capitalismo neoliberal en la era de las
nuevas tecnologías (mismas que por las condiciones de confinamiento acelerarán la
digitalización y la agudización de la desocupación y precarización). Se trata de
trabajadores carentes de seguridad social, estabilidad laboral, sindicalización y con
salarios insuficientes y condiciones de vida inadecuados.
En este sentido, por su condición, los trabajadores precarios e informales son la fracción que sufre con mayor fuerza los impactos de la crisis sanitaria, económica y laboral (ver gráfico).
Un ejemplo de su magnitud lo da la OIT:21 este organismo estima que ya son afectados el 80% de los trabajadores informales a nivel mundial, 1.6 mil millones sobre un total de 2 mil millones de trabajadores.
En el primer mes de la pandemia, 1.2 mil millones de trabajadores informales disminuyeron sus ingresos en un 60%. La mayor afectación recae sobre América Latina y África, donde los ingresos disminuyeron en un 80%. Además, hay que tomar en cuenta que más de la mitad de los trabajadores informales se encuentran en los llamados países “en vías de desarrollo”.
21 OIT, El COVID-19 y el mundo del trabajo. Op. Cit.
22
En este sentido, por su condición, los trabajadores precarios e informales son la fracción que sufre con mayor fuerza los impactos de la crisis sanitaria, económica y laboral (ver gráfico).
Un ejemplo de su magnitud lo da la OIT:21 este organismo estima que ya son afectados el 80% de los trabajadores informales a nivel mundial, 1.6 mil millones sobre un total de 2 mil millones de trabajadores.
En el primer mes de la pandemia, 1.2 mil millones de trabajadores informales disminuyeron sus ingresos en un 60%. La mayor afectación recae sobre América Latina y África, donde los ingresos disminuyeron en un 80%. Además, hay que tomar en cuenta que más de la mitad de los trabajadores informales se encuentran en los llamados países “en vías de desarrollo”.
21 OIT, El COVID-19 y el mundo del trabajo. Op. Cit.
22
La actual crisis afectará al 81 % de la fuerza de trabajo mundial, es decir 2,700
millones de trabajadores, como señala la OIT.
A este escenario se suma la acumulación de pobreza y hambruna provocada por esta crisis sanitaria. Según acaba de advertir la ONU, “se avecina un espectro de hambrunas múltiples”.
Apenas el año pasado Naciones Unidas reportaba 1,915 millones de personas con problemas de acceso a la alimentación a nivel mundial, cifras que aumentarán súbitamente en estos meses. Según reporta este mismo organismo la crisis agudizará la pobreza y la desigualdad, ello en la medida en que “causará que aproximadamente 34.3 millones de personas caigan por debajo de la línea de pobreza extrema en 2020, con un 56% de este aumento en los países africanos. Otros 130 millones de personas pueden unirse a las filas de personas que viven en la pobreza extrema para 2030, dando un gran golpe a los esfuerzos mundiales para erradicar la pobreza extrema y el hambre”.22
La CEPAL estima que la crisis traerá consigo 30 millones de nuevos pobres en Latinoamérica y 16 millones de personas más en extrema pobreza, alcanzando con ello 214.7 millones de pobres y 83.4 millones de pobres extremos.23
Estas cifras representan terribles consecuencias para millones de personas a nivel mundial, pues su nivel de vida se verá sumamente deteriorado, además en un entorno donde se profundizará el estado de barbarie social.
La respuesta del capital a la crisis del trabajo en esta pandemia ya está en marcha. Por una parte, la ola de despidos masivos a nivel mundial es parte de la estrategia capitalista para contrarrestar las pérdidas, pues con ello se está deshaciendo de los costos del capital variable: el salario. Por otra parte, sobre una
22 Cfr., ONU, “COVID-19 to slash global economic output by $8.5 trillion over next two years”, disponible en: https://www.un.org/development/desa/en/news/policy/wesp-mid-2020-report.html
CEPAL, Comunicado de prensa, 21 de abril del 2020, disponible en: https://www.cepal.org/es/comunicados/pandemia-covid-19-llevara-la-mayor-contraccion-la- actividad-economica-la-historia-la
A este escenario se suma la acumulación de pobreza y hambruna provocada por esta crisis sanitaria. Según acaba de advertir la ONU, “se avecina un espectro de hambrunas múltiples”.
Apenas el año pasado Naciones Unidas reportaba 1,915 millones de personas con problemas de acceso a la alimentación a nivel mundial, cifras que aumentarán súbitamente en estos meses. Según reporta este mismo organismo la crisis agudizará la pobreza y la desigualdad, ello en la medida en que “causará que aproximadamente 34.3 millones de personas caigan por debajo de la línea de pobreza extrema en 2020, con un 56% de este aumento en los países africanos. Otros 130 millones de personas pueden unirse a las filas de personas que viven en la pobreza extrema para 2030, dando un gran golpe a los esfuerzos mundiales para erradicar la pobreza extrema y el hambre”.22
La CEPAL estima que la crisis traerá consigo 30 millones de nuevos pobres en Latinoamérica y 16 millones de personas más en extrema pobreza, alcanzando con ello 214.7 millones de pobres y 83.4 millones de pobres extremos.23
Estas cifras representan terribles consecuencias para millones de personas a nivel mundial, pues su nivel de vida se verá sumamente deteriorado, además en un entorno donde se profundizará el estado de barbarie social.
La respuesta del capital a la crisis del trabajo en esta pandemia ya está en marcha. Por una parte, la ola de despidos masivos a nivel mundial es parte de la estrategia capitalista para contrarrestar las pérdidas, pues con ello se está deshaciendo de los costos del capital variable: el salario. Por otra parte, sobre una
22 Cfr., ONU, “COVID-19 to slash global economic output by $8.5 trillion over next two years”, disponible en: https://www.un.org/development/desa/en/news/policy/wesp-mid-2020-report.html
CEPAL, Comunicado de prensa, 21 de abril del 2020, disponible en: https://www.cepal.org/es/comunicados/pandemia-covid-19-llevara-la-mayor-contraccion-la- actividad-economica-la-historia-la
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fuerza de trabajo reducida está haciendo recaer la mayor explotación y
superexplotación del trabajo (único sustento material de los nuevos
endeudamientos).24 Esto sin contar con los llamados paros técnicos y los recursos que
está recibiendo por parte los Estados.
La estrategia global del capital para resolver la crisis global es clara: cargar el peso del desastre sobre la clase trabajadora de todo el mundo. Por ello parte de esta estrategia son: el desempleo, el paro técnico, los recortes salariales y la profundización tanto de la precarización laboral como de la informalidad, dos de los espectros más desproporcionadamente afectados en esta crisis.
5. La crisis sanitaria/ambiental
La pandemia del SARS-CoV-2 puso de relieve la crisis de los sistemas de salud a nivel mundial. Un virus, con un diámetro cientos de veces menor que el de un cabello humano, es el "catalizador" de las contradicciones abigarradas del sistema capitalista mundial.
En un primer momento la pandemia se concentró en China, Italia, Alemania, Reino Unido, Francia, España, Turquía, Irán, Rusia. Posteriormente se propagó con fuerza en Estados Unidos –tras el negacionismo de Trump y sus criminales omisiones– cuyo número de personas contagiadas rebasa un millón 518 mil y más de 90 mil muertes (al 19 de mayo).
En los países de la periferia se extienden las devastadoras consecuencias. Brasil como un epicentro de los países del Sur global ya supera los 262 mil contagios y más de 17 mil 500 muertes. La amenaza que se cierne sobre África se anuncia trágica. De acuerdo con un nuevo estudio de la Oficina Regional para África (OMS), entre 83 mil y 190 mil personas en África podrían morir de COVID-19 y entre 29 millones y 44 millones de personas podrían infectarse en el primer año de la pandemia si las medidas de contención fallan.
La estrategia global del capital para resolver la crisis global es clara: cargar el peso del desastre sobre la clase trabajadora de todo el mundo. Por ello parte de esta estrategia son: el desempleo, el paro técnico, los recortes salariales y la profundización tanto de la precarización laboral como de la informalidad, dos de los espectros más desproporcionadamente afectados en esta crisis.
5. La crisis sanitaria/ambiental
La pandemia del SARS-CoV-2 puso de relieve la crisis de los sistemas de salud a nivel mundial. Un virus, con un diámetro cientos de veces menor que el de un cabello humano, es el "catalizador" de las contradicciones abigarradas del sistema capitalista mundial.
En un primer momento la pandemia se concentró en China, Italia, Alemania, Reino Unido, Francia, España, Turquía, Irán, Rusia. Posteriormente se propagó con fuerza en Estados Unidos –tras el negacionismo de Trump y sus criminales omisiones– cuyo número de personas contagiadas rebasa un millón 518 mil y más de 90 mil muertes (al 19 de mayo).
En los países de la periferia se extienden las devastadoras consecuencias. Brasil como un epicentro de los países del Sur global ya supera los 262 mil contagios y más de 17 mil 500 muertes. La amenaza que se cierne sobre África se anuncia trágica. De acuerdo con un nuevo estudio de la Oficina Regional para África (OMS), entre 83 mil y 190 mil personas en África podrían morir de COVID-19 y entre 29 millones y 44 millones de personas podrían infectarse en el primer año de la pandemia si las medidas de contención fallan.
Cfr. Sotelo Valencia, Adrián, El Covid-19 y el mundo del trabajo, disponible en:
24
24
http://www.laizquierdadiario.mx/El-Covid-19-y-el-mundo-del-trabajo.
¿Cómo entender entonces la actual crisis sanitaria como expresión de la crisis
estructural del capital?
Tal vez, la crisis sanitaria sea la parte que expresa de forma más latente la tragedia humana causada por la enfermedad de Covid-19. Esto por las miles de muertes de personas, el padecimiento de la enfermedad, la hospitalización, el estrés generado entre los pacientes y los familiares, la insuficiencia de recursos hospitalarios, las condiciones de vulnerabilidad y el propio confinamiento. Según los datos de la Universidad John Hopkins de EUA, hasta el día 19 de mayo a nivel mundial la cifra de casos confirmados ascendía a poco más de 4.8 millones y más de 322 mil muertos.25
En este sentido, en primer lugar, debe señalarse que esta crisis sanitaria posee un carácter histórico-geográfico propio: la mundialización capitalista con sus cadenas de producción, distribución y consumo (zonas de producción, centros de comercialización, zonas de distribución –maquilas, bodegas, aeropuertos, almacenes, agentes inmersos, etc.–). Las rutas del contagio fueron en su inicio las rutas geográficas de la valorización del capital.26
En segundo lugar, esta crisis sanitaria hunde también sus raíces en la crisis ambiental provocada por la expansión irracional del capitalismo. Las devastaciones de bosques y selvas causadas por el extractivismo, la agroindustria, la urbanización y la mercantilización de la naturaleza han traspasado los límites ambientales. Entre otras cosas, esto nos ha expuesto a las distintas poblaciones humanas a diversos virus y agentes infecciosos que estaban confinados en hábitats remotos y en especies con poco contacto humano (ejemplo de ello es el VIH, el ébola y ahora el coranovirus).27
John Hopkins University & Medicine, Coronavirus Resource Center, disponible en https://coronavirus.jhu.edu/map.html.
26 Al respecto cfr. Kim Moody, “Cómo el capitalismo del ‘just-in-time’ propagó el Covid-19”, disponible en http://www.laizquierdadiario.mx/Como-el-capitalismo-del-just-in-time-propago-el-Covid-19 y José Luis Ríos Vera, “Los intereses del gran capital y su ofensiva necropolítica sobre los trabajadores en México”, La haine, disponible en http://lhblog.nuevaradio.org/b2- img/CapitalOfensivaNecropoliticalh.pdf.
27 Miguel A. Altieri y Clara Inés Nicholls, “La agroecología en tiempos del COVID-19”, Clacso, disponible en https://www.clacso.org/la-agroecologia-en-tiempos-del-covid-19/
Tal vez, la crisis sanitaria sea la parte que expresa de forma más latente la tragedia humana causada por la enfermedad de Covid-19. Esto por las miles de muertes de personas, el padecimiento de la enfermedad, la hospitalización, el estrés generado entre los pacientes y los familiares, la insuficiencia de recursos hospitalarios, las condiciones de vulnerabilidad y el propio confinamiento. Según los datos de la Universidad John Hopkins de EUA, hasta el día 19 de mayo a nivel mundial la cifra de casos confirmados ascendía a poco más de 4.8 millones y más de 322 mil muertos.25
En este sentido, en primer lugar, debe señalarse que esta crisis sanitaria posee un carácter histórico-geográfico propio: la mundialización capitalista con sus cadenas de producción, distribución y consumo (zonas de producción, centros de comercialización, zonas de distribución –maquilas, bodegas, aeropuertos, almacenes, agentes inmersos, etc.–). Las rutas del contagio fueron en su inicio las rutas geográficas de la valorización del capital.26
En segundo lugar, esta crisis sanitaria hunde también sus raíces en la crisis ambiental provocada por la expansión irracional del capitalismo. Las devastaciones de bosques y selvas causadas por el extractivismo, la agroindustria, la urbanización y la mercantilización de la naturaleza han traspasado los límites ambientales. Entre otras cosas, esto nos ha expuesto a las distintas poblaciones humanas a diversos virus y agentes infecciosos que estaban confinados en hábitats remotos y en especies con poco contacto humano (ejemplo de ello es el VIH, el ébola y ahora el coranovirus).27
John Hopkins University & Medicine, Coronavirus Resource Center, disponible en https://coronavirus.jhu.edu/map.html.
26 Al respecto cfr. Kim Moody, “Cómo el capitalismo del ‘just-in-time’ propagó el Covid-19”, disponible en http://www.laizquierdadiario.mx/Como-el-capitalismo-del-just-in-time-propago-el-Covid-19 y José Luis Ríos Vera, “Los intereses del gran capital y su ofensiva necropolítica sobre los trabajadores en México”, La haine, disponible en http://lhblog.nuevaradio.org/b2- img/CapitalOfensivaNecropoliticalh.pdf.
27 Miguel A. Altieri y Clara Inés Nicholls, “La agroecología en tiempos del COVID-19”, Clacso, disponible en https://www.clacso.org/la-agroecologia-en-tiempos-del-covid-19/
25
25
Sobra decir que las acusaciones mutuas entre EUA y China –de haber creado al virus–
son parte de la guerra geopolítica, comercial y tecnológica interimperialista (que
también se ha exacerbado con esta crisis) y que termina por opacar la crisis ambiental
causada por el capitalismo. En este sentido, no debe pasarse por alto que la
devastación ambiental causada por la destructiva e irracional lógica de acumulación
de capital es de tal magnitud que a la era geológica actual se le ha denominado
capitaloceno.28
En tercer lugar, no es ninguna sorpresa que esta crisis sanitaria tenga un carácter clasista-racista-imperialista-neocolonial y excluyente, rasgo propio del contexto histórico en el que ocurre esta pandemia: el más desigual en la historia de la humanidad. Tan sólo en el 2017, el Credit Suisse Research Institute aseguraba que el 10 % más rico en el mundo poseía el 88 % de la riqueza mundial y sólo el 1 % por sí solo contaba con el 50 % de los activos globales.29 Aún más, los riesgos sociales ya se habían documentado y anunciado desde hace años con la crisis sanitaria de la influenza AHN1, cuando diversos estudios mostraron el papel que en estas pandemias tienen los factores de vulnerabilidad social: la desigualdad, la clase, el origen étnico, el género, la escolaridad, el acceso a los sistemas de salud, el hacinamiento, el acceso al agua, las regiones periféricas y las zonas marginales en las ciudades.30 Sin embargo, todos estos factores de exclusión y vulnerabilidad han sido creados por –o se han mezclado con– la subsunción del trabajo al capital de los últimos cuarenta años a
28 Al respecto cfr. John Bellamy Foster, “El capitalismo y la catástrofe ambiental”, La haine, disponible en https://www.lahaine.org/est_espanol.php/el-capitalismo-y-la-catastrofe-ambiental y François Chesnais, “Capitalismo y cambio climático”, Herramienta, disponible en https://herramienta.com.ar/articulo.php?id=2949.
29 Credit Suisse Research Institute citado por Kate Donal, “1. La creciente concentración de la riqueza y el poder económico son un obstáculo para el desarrollo sostenible: ¿Qué hacer?”, Observatorio de políticas globales (Global Policy Watch), disponible en https://www.globalpolicywatch.org/esp/?p=595#_ftnref5.
30 Cfr. Roberto Sánchez Rodríguez, Eduardo Morales y Francisco Lares, “Poblaciones vulnerables ante covid-19”, en Documentos de contingencia 3. Vulnerabilidad social al covid-19 en Baja California, COLEF, disponible en https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2020/05/POBLACIONES-VULNERABLES- ANTE-COVID-19.pdf y OXFAM, “El coronavirus no discrimina, las desigualdades sí, disponible en https://www.clacso.org/evitar-la-profundizacion-de-la-desigualdad-ante-la-crisis-por-covid-19/. Asimismo, diversos reportajes periodísticos muestran el carácter excluyente de esta crisis, cfr. Carlos Serrano, “Coronavirus en EE.UU. | El devastador impacto del covid-19 entre los afroamericanos”, BBC News, disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52219474.
En tercer lugar, no es ninguna sorpresa que esta crisis sanitaria tenga un carácter clasista-racista-imperialista-neocolonial y excluyente, rasgo propio del contexto histórico en el que ocurre esta pandemia: el más desigual en la historia de la humanidad. Tan sólo en el 2017, el Credit Suisse Research Institute aseguraba que el 10 % más rico en el mundo poseía el 88 % de la riqueza mundial y sólo el 1 % por sí solo contaba con el 50 % de los activos globales.29 Aún más, los riesgos sociales ya se habían documentado y anunciado desde hace años con la crisis sanitaria de la influenza AHN1, cuando diversos estudios mostraron el papel que en estas pandemias tienen los factores de vulnerabilidad social: la desigualdad, la clase, el origen étnico, el género, la escolaridad, el acceso a los sistemas de salud, el hacinamiento, el acceso al agua, las regiones periféricas y las zonas marginales en las ciudades.30 Sin embargo, todos estos factores de exclusión y vulnerabilidad han sido creados por –o se han mezclado con– la subsunción del trabajo al capital de los últimos cuarenta años a
28 Al respecto cfr. John Bellamy Foster, “El capitalismo y la catástrofe ambiental”, La haine, disponible en https://www.lahaine.org/est_espanol.php/el-capitalismo-y-la-catastrofe-ambiental y François Chesnais, “Capitalismo y cambio climático”, Herramienta, disponible en https://herramienta.com.ar/articulo.php?id=2949.
29 Credit Suisse Research Institute citado por Kate Donal, “1. La creciente concentración de la riqueza y el poder económico son un obstáculo para el desarrollo sostenible: ¿Qué hacer?”, Observatorio de políticas globales (Global Policy Watch), disponible en https://www.globalpolicywatch.org/esp/?p=595#_ftnref5.
30 Cfr. Roberto Sánchez Rodríguez, Eduardo Morales y Francisco Lares, “Poblaciones vulnerables ante covid-19”, en Documentos de contingencia 3. Vulnerabilidad social al covid-19 en Baja California, COLEF, disponible en https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2020/05/POBLACIONES-VULNERABLES- ANTE-COVID-19.pdf y OXFAM, “El coronavirus no discrimina, las desigualdades sí, disponible en https://www.clacso.org/evitar-la-profundizacion-de-la-desigualdad-ante-la-crisis-por-covid-19/. Asimismo, diversos reportajes periodísticos muestran el carácter excluyente de esta crisis, cfr. Carlos Serrano, “Coronavirus en EE.UU. | El devastador impacto del covid-19 entre los afroamericanos”, BBC News, disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-52219474.
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través de la explotación y superexplotación del trabajo, la precarización laboral, las
políticas neoliberales, las privatizaciones, el despojo y las gigantescas trasferencias de
valor de la prefería a los centros imperialistas.
En cuarto lugar, esta crisis sanitaria es expresión de la crisis estructural del capital porque apunta a los límites alcanzados por el sistema y a su incapacidad de superarlos. Más aún, es estructural porque la tensión entre las necesidades humanas y la lógica de valorización y mercantilización del capital –la tensión entre el valor de uso y las determinaciones del valor de cambio– no puede ser resulta por el propio sistema y sólo lleva a una espiral de barbarie.
En este sentido, el neoliberalismo ha sido el mayor proyecto histórico del capital por subordinar a su lógica de valorización al sujeto social, la fuerza de trabajo y la naturaleza –en aras de expandirse y mantenerse–.
En este escenario de pandemia, es clave entonces entender dos puntos: el detrimento de lo público frente a lo privado (véase la Gráfica A) y las restricciones de los Estados al gasto social con el fin de facilitar el acceso a los grandes corporativos y empresas trasnacionales a la mercantilización de los servicios públicos, así como también con el fin de destinar mayor presupuesto a los gastos militares y, en la periferia, para consignar recursos al pago de la deuda externa (por ejemplo, en la Gráfica B se observa el modo en que algunos Estados de América Latina de manera estructural deben destinar más del 10% del gasto público total al pago de intereses de la deuda externa).
En cuarto lugar, esta crisis sanitaria es expresión de la crisis estructural del capital porque apunta a los límites alcanzados por el sistema y a su incapacidad de superarlos. Más aún, es estructural porque la tensión entre las necesidades humanas y la lógica de valorización y mercantilización del capital –la tensión entre el valor de uso y las determinaciones del valor de cambio– no puede ser resulta por el propio sistema y sólo lleva a una espiral de barbarie.
En este sentido, el neoliberalismo ha sido el mayor proyecto histórico del capital por subordinar a su lógica de valorización al sujeto social, la fuerza de trabajo y la naturaleza –en aras de expandirse y mantenerse–.
En este escenario de pandemia, es clave entonces entender dos puntos: el detrimento de lo público frente a lo privado (véase la Gráfica A) y las restricciones de los Estados al gasto social con el fin de facilitar el acceso a los grandes corporativos y empresas trasnacionales a la mercantilización de los servicios públicos, así como también con el fin de destinar mayor presupuesto a los gastos militares y, en la periferia, para consignar recursos al pago de la deuda externa (por ejemplo, en la Gráfica B se observa el modo en que algunos Estados de América Latina de manera estructural deben destinar más del 10% del gasto público total al pago de intereses de la deuda externa).
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El sector de la salud pública no ha quedo aislado de esta lógica neoliberal de
subordinación y mercantilización. La mayoría de los sistemas del mundo se han visto
afectados por este proceso.
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La salud pública se ha abierto a la mercantilización. Desde organismos
internacionales como la OMS, el FMI y la OCDE, hasta farmacéuticas transnacionales,
empresas monopólicas de la salud y Estados imperialistas han emprendido diversas
ofensivas contra los sistemas públicos sanitarios por medio de planes bien
estructurados, por medio de los cuales han abierto paso al capital para expandirse en
este sector.31
Esto ha devenido en el deterioro intencional de los sistemas de salud pública a nivel mundial, lo cual se expresa en la fragmentación de los sistemas, la privatización de las pensiones, la insuficiencia de la inversión pública en el ramo, la falta de expansión de la infraestructura, el detrimento en la calidad del servicio.
El reverso de la moneda ha sido el aumento de la participación del capital en el sector, lo cual se expresa en la mayor concesión a los privados de los servicios que “no puede otorgar” Estado, el incremento de las compras a empresas monopólicas de medicamentos y equipo médico, expansión de los seguros de gastos médicos y aumento de la infraestructura privada.
Este debilitamiento intencional de los sistemas de salud pública es entonces el responsable directo de la incapacidad e insuficiencia de estos sistemas para contener la pandemia actual. EUA ha sido el ejemplo extremo de esta lógica, mientras que en la periferia la insuficiencia ha sido el rasgo estructural: la enorme expansión de los contagios en Brasil, las escenas de Guayaquil, la zona metropolitana de México y los efectos en África son la prueba.
La lógica irracional de la mercantilización no prevé las necesidades humanas en salud, por el contrario, las subordina a una lógica irrestricta de generar ganancias para acumular. Es por tal motivo que el capital es incapaz de dar solución a estos conflictos. Como lo ha señalado James Petras:
31 Cfr. Gonzalo Baisale, “Repensar y descolonizar la teoría y políticas sobre sistemas de salud en Latinoamérica y Caribe”, en Cuadernos del pensamiento crítico latinoamericano, Segunda época, núm. 73, abril 2020, disponible en https://www.clacso.org/repensar-y-descolonizar-la-teoria-y-politicas- sobre-sistemas-de-salud-en-latinoamerica-y-caribe/
Esto ha devenido en el deterioro intencional de los sistemas de salud pública a nivel mundial, lo cual se expresa en la fragmentación de los sistemas, la privatización de las pensiones, la insuficiencia de la inversión pública en el ramo, la falta de expansión de la infraestructura, el detrimento en la calidad del servicio.
El reverso de la moneda ha sido el aumento de la participación del capital en el sector, lo cual se expresa en la mayor concesión a los privados de los servicios que “no puede otorgar” Estado, el incremento de las compras a empresas monopólicas de medicamentos y equipo médico, expansión de los seguros de gastos médicos y aumento de la infraestructura privada.
Este debilitamiento intencional de los sistemas de salud pública es entonces el responsable directo de la incapacidad e insuficiencia de estos sistemas para contener la pandemia actual. EUA ha sido el ejemplo extremo de esta lógica, mientras que en la periferia la insuficiencia ha sido el rasgo estructural: la enorme expansión de los contagios en Brasil, las escenas de Guayaquil, la zona metropolitana de México y los efectos en África son la prueba.
La lógica irracional de la mercantilización no prevé las necesidades humanas en salud, por el contrario, las subordina a una lógica irrestricta de generar ganancias para acumular. Es por tal motivo que el capital es incapaz de dar solución a estos conflictos. Como lo ha señalado James Petras:
31 Cfr. Gonzalo Baisale, “Repensar y descolonizar la teoría y políticas sobre sistemas de salud en Latinoamérica y Caribe”, en Cuadernos del pensamiento crítico latinoamericano, Segunda época, núm. 73, abril 2020, disponible en https://www.clacso.org/repensar-y-descolonizar-la-teoria-y-politicas- sobre-sistemas-de-salud-en-latinoamerica-y-caribe/
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El capitalismo fracasó sobre su capacidad de defender su
población. Uno debe decir claramente que el capitalismo no
tiene capacidad, no está a la altura, para evitar el contagio y el
colapso en la economía. Las consecuencias son para la
población: desocupación, pobreza; y la incapacidad de sustituir
elementos privados en el problema de salud es evidente.
Nosotros debemos enfatizar el vínculo entre el capitalismo y el
colapso de la economía; y la incapacidad de la salud capitalista
de enfrentar los grandes problemas que encontramos hoy.32
Ante la cuarentena recomendada por todas las autoridades sanitarias como el mínimo precepto para contener el contagio, el capital pone el grito en el cielo, pide se levante y se reabra la industria en todos los rincones del mundo. El editorial del WSJ del 8 de mayo lo expresó de modo emblemático: “Por el amor de Dios, reabrir la economía...”.
Dado que el contagio no ha sido detenido, las autoridades sanitarias de algunos países recomiendan la extensión de la cuarentena (hay nuevos confinamientos en China), lo cual no es más que el perfeccionamiento racional33 para salvar vidas humanas hasta el momento; pero que atenta contra el régimen de producción capitalista (extracción de plusvalor), pues implica la suspensión de su acumulación. Por ello, ante esta contradicción, para el capital desde un principio quedó excluida la extensión del confinamiento más allá de cierto límite, por lo que a las mismas autoridades sanitarias no les ha quedó más que declarar que "el virus estará con nosotros durante largo tiempo".34
La esperanza de una alternativa
Apenas el año pasado, la crisis del progresismo en Latinoamérica, enmarcada en el redespliegue imperialista y la ofensiva de las oligarquías tanto regional como a nivel
32 James Petras. 04-5-2020. https://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/el-capitalismo-fracaso-no- puede
33 Este señalamiento fue hecho por Marx, al respecto cfr., Montero, I., “El pensamiento de Marx en la época de la pandemia”. https://www.laizquierdadiario.mx/El-pensamiento-de-Marx-en-la-epoca-de-la- pandemia.
34 Declaraciones hechas por el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Ante la cuarentena recomendada por todas las autoridades sanitarias como el mínimo precepto para contener el contagio, el capital pone el grito en el cielo, pide se levante y se reabra la industria en todos los rincones del mundo. El editorial del WSJ del 8 de mayo lo expresó de modo emblemático: “Por el amor de Dios, reabrir la economía...”.
Dado que el contagio no ha sido detenido, las autoridades sanitarias de algunos países recomiendan la extensión de la cuarentena (hay nuevos confinamientos en China), lo cual no es más que el perfeccionamiento racional33 para salvar vidas humanas hasta el momento; pero que atenta contra el régimen de producción capitalista (extracción de plusvalor), pues implica la suspensión de su acumulación. Por ello, ante esta contradicción, para el capital desde un principio quedó excluida la extensión del confinamiento más allá de cierto límite, por lo que a las mismas autoridades sanitarias no les ha quedó más que declarar que "el virus estará con nosotros durante largo tiempo".34
La esperanza de una alternativa
Apenas el año pasado, la crisis del progresismo en Latinoamérica, enmarcada en el redespliegue imperialista y la ofensiva de las oligarquías tanto regional como a nivel
32 James Petras. 04-5-2020. https://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/el-capitalismo-fracaso-no- puede
33 Este señalamiento fue hecho por Marx, al respecto cfr., Montero, I., “El pensamiento de Marx en la época de la pandemia”. https://www.laizquierdadiario.mx/El-pensamiento-de-Marx-en-la-epoca-de-la- pandemia.
34 Declaraciones hechas por el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
30
mundial, había hecho saltar una ola de estallidos populares en Puerto Rico, Ecuador,
Chile, Haití y Bolivia.
El sentido de estas manifestaciones nos hacía recordar las enseñanzas que Lukács sacaba de Lenin: la actualidad de la revolución.35 Se trata de la revolución con un horizonte más allá del capital, que se vuelve intermitente en un mundo abigarrado de contradicciones.
Hoy, ante la crisis del capitalismo, una perspectiva revolucionaria vuelve a surcar el horizonte. Es urgente construir una alternativa social al capitalismo ante el colapso civilizatorio. A diferencia de las propuestas encaminadas hacia un “Nuevo pacto social” y la edificación de un “Estado de bienestar”, que por cierto, olvidan que el órgano político regulador ya fue desregulado por el propio sistema del capital, las condiciones exigen una política radical cuyo horizonte revolucionario y anticapitalista se extiende con mayor fuerza.
La agenda política de la lucha de los trabajadores exige, cuando menos en el corto y mediano plazo:
El sentido de estas manifestaciones nos hacía recordar las enseñanzas que Lukács sacaba de Lenin: la actualidad de la revolución.35 Se trata de la revolución con un horizonte más allá del capital, que se vuelve intermitente en un mundo abigarrado de contradicciones.
Hoy, ante la crisis del capitalismo, una perspectiva revolucionaria vuelve a surcar el horizonte. Es urgente construir una alternativa social al capitalismo ante el colapso civilizatorio. A diferencia de las propuestas encaminadas hacia un “Nuevo pacto social” y la edificación de un “Estado de bienestar”, que por cierto, olvidan que el órgano político regulador ya fue desregulado por el propio sistema del capital, las condiciones exigen una política radical cuyo horizonte revolucionario y anticapitalista se extiende con mayor fuerza.
La agenda política de la lucha de los trabajadores exige, cuando menos en el corto y mediano plazo:
-
a) la anulación de las deudas sin renegociación ni ampliación en términos de
pago, la cancelación total,
-
b) el cobro de impuestos fiscales para las grandes fortunas; el rechazo de las
medidas de austeridad estatal y recortes presupuestales,
-
c) imputación y sanciones contundentes al gran capital por despido; obligación
de pagos de los salarios y seguros de desempleo a trabajadores formales e
informales; incremento de la protección laboral,
-
d) la lucha contra los recortes salariales y negociaciones antidemocráticas que
dan prioridad a lo “acordado” sobre lo legislado,
31
-
e) detener el salvataje del Estado hacia los grandes especuladores financieros
y grandes empresas,
-
f) el fin de la especulación,
-
g) la expropiación de bancos
-
h) la socialización y toma de empresas (sin indemnización),
-
i) rechazo a los nuevos ataques de reforma laboral anti-obreras fetichizadas
como “apoyos al empleo”,
-
j) la centralización de los servicios de salud pública y privada,
-
k) la suspensión de las deudas ligadas a los microcréditos, al consumo, a los
hogares, deudas hipotecarias, por gastos de salud,
-
l) el mantenimiento de las medidas de distanciamiento social y cuarentena por
encima de la rentabilidad de las empresas, rechazo a la instalación oportunista de Estados de Excepción.
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