http://www.informationclearinghouse.info/54055.htm
The Washington Post
Los Estados Unidos privatizaron su sistema de salud pública para engordar los bolsillos de la oligarquía y hacer que los trabajadores fueran más indefensos y dependientes.Por Michael Hudson
Incluso antes de que apareciera el nuevo coronavirus, muchas familias estadounidenses se estaban quedando atrás en préstamos estudiantiles, préstamos para automóviles, tarjetas de crédito y otros pagos. Los gastos generales de la deuda de Estados Unidos eran la fijación de precios de su mano de obra y la industria fuera de los mercados mundiales. Con el tiempo, una crisis de deuda era inevitable, pero la continuación la ha hecho inmediata.
El distanciamiento social masivo, con sus pérdidasde puestos de trabajo, inmersiones en acciones y enormes rescates a las corporaciones,aumenta la amenaza de una depresión.
Pero no tiene que ser así. La historia nos ofrece otra alternativa en tales situaciones: un jubileo de deudas. Este paso de limpieza de pizarra y restauración de saldos reconoce la verdad fundamental de que cuando las deudas crecen demasiado grandes para ser pagadas sin reducir a los deudores a la pobreza, la manera de mantener unida a la sociedad y restablecer el equilibrio es simplemente cancelar las deudas malas.
La palabra "Jubileo" proviene de la palabra hebrea para "trompeta" — yobel. En la Ley De mosaico, se volaba cada 50 años señalar el Año del Señor, en el que las deudas personales debían ser canceladas. La alternativa, advirtió el profeta Isaías,era que los pequeños propietarios perdieran sus tierras a los acreedores: "Ay de ustedes que añaden casa en casa y se unen al campo al campo hasta que no quede espacio y vivan solos en la tierra". Cuando Jesús pronunció su primer sermón, el Evangelio de Lucas lo describe como desenrollar el pergamino de Isaías y anunciar que había venido a proclamar el Año del Señor, el Año Jubilar.
Hasta hace poco, los historiadores dudaban de que un jubileo de deuda hubiera sido posible en la práctica, o de que tales proclamaciones pudieran haberse hecho cumplir. Pero los asiriologos han descubierto que desde el comienzo de la historia registrada en el Cercano Oriente, era normal que los nuevos gobernantes proclamaran una amnistía de deuda al tomar el trono. En lugar de soplar una trompeta, el gobernante "levantó la antorcha sagrada" para señalar la amnistía.
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