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6 de março de 2011

Leituras-opiniões sobre a Líbia

VOTACIÓN EN LA ONU SOBRE SANCIONES
El Consejo de Seguridad de la ONU –bajo presión de EE.UU.– votó el 26 de febrero por la imposición de sanciones a Libia. Según estudios de las propias agencias de la ONU, más de un millón de niños de Iraq murieron como resultado de las sanciones impuestas por EE.UU. y la ONU a ese país que allanaron el camino para la invasión de EE.UU. Las sanciones son criminales y confirman que esta intervención no se debe a preocupación humanitaria.
Cuesta equiparar la pura hipocresía de la resolución sobre Libia con la preocupación por los “derechos humanos”. Sólo cuatro días antes de la votación, EE.UU. utilizó su veto para bloquear una resolución insípida que criticaba los asentamientos israelíes en tierra palestina en Cisjordania.
El gobierno de EE.UU. impidió que el Consejo de Seguridad emprendiera alguna acción durante la masacre israelí en Gaza en 2008, que llevó a la muerte de más de 1.500 palestinos. Esos organismos internacionales, así como la Corte Penal Internacional, han guardado silencio respecto a las matanzas israelíes, sobre los ataques de drones estadounidenses contra civiles indefensos en Pakistán y sobre las criminales invasiones y ocupación de Iraq y Afganistán.
El que China haya estado de acuerdo con la votación de sanciones es un ejemplo desafortunado de cómo el gobierno de Pekín deja que su interés por el comercio y por continuos embarques de petróleo prevalezca sobre su pasada oposición a las sanciones que claramente afectan a las poblaciones civiles.
¿QUIÉN DIRIGE LA OPOSICIÓN?
Es importante analizar el movimiento de oposición, especialmente a quienes citan tan ampliamente todos los medios internacionales. Tenemos que suponer que participa la gente con quejas y agravios genuinos. ¿Pero quién dirige realmente el movimiento?
Un artículo de primera plana en el New York Times del 25 de febrero describió la diferencia entre Libia y las otras luchas que han estallado en todo el mundo árabe. “A diferencia de las rebeliones juveniles posibilitadas por Facebook, la insurrección en este caso ha sido dirigida por gente más madura y que se ha estado oponiendo activamente al régimen dese hace cierto tiempo”. El artículo describe el contrabando de armas a través de la frontera egipcia durante semanas, permitiendo que la rebelión “escale rápida y violentamente en poco más de una semana”.
El grupo opositor que más se cita es el Frente Nacional por la Salvación de Libia [NFSL por sus siglas en inglés]. Se sabe que el NFSL, fundado en 1981, es una organización financiada por la CIA, con oficinas en Washington, D.C. Ha mantenido una fuerza militar, llamada el Ejército Nacional Libio, en Egipto cerca de la frontera libia. Una búsqueda en Google del Frente Nacional por la Salvación de Libia y la CIA confirmará rápidamente cientos de referencias.
También se cita ampliamente a la Conferencia Nacional de la Oposición Libia. Es una coalición formada por el NFSL que también incluye a la Unión Constitucional Libia [LCU], dirigida por Muhamad as-Senussi, pretendiente al trono libio. La web de la LCU llama al pueblo libio a reiterar un juramento de lealtad al rey Idris el-Senusi como líder histórico del pueblo libio. La bandera utilizada por la coalición es la bandera del antiguo Reino de Libia.
Evidentemente esas fuerzas financiadas por la CIA y los antiguos monárquicos son política y socialmente diferentes de la juventud privada de derechos y de los trabajadores que han marchado por millones contra los dictadores respaldados por EE.UU. en Egipto y Túnez y que hoy se manifiestan en Bahrein, Yemen y Omán.
Según el artículo del Times, el ala militar del NFSL, utilizando armas de contrabando, capturó rápidamente puestos policiales y militares en la ciudad portuaria mediterránea de Bengasi y áreas cercanas al norte de los campos petroleros más ricos de Libia, donde se encuentran la mayoría de sus gasoductos y oleoductos, las refinerías y su puerto de gas natural licuado. El Times y otros medios occidentales afirman que esa área, ahora bajo “control de la oposición”, incluye un 80% de las instalaciones petroleras de Libia.
La oposición libia, a diferencia de los movimientos de otros lugares en el mundo árabe, pidió ayuda internacional desde el principio. Y los imperialistas respondieron rápidamente.
Por ejemplo Mohamed Ali Abdallah, secretario general adjunto del NFSL, envió un llamado desesperado: “Esperamos una masacre”. “Estamos enviando un SOS a la comunidad internacional para que intervenga”. Sin esfuerzos internacionales por contener a Gadafi, “habrá un baño de sangre en Libia en las próximas 48 horas”.
El Wall Street Journal, voz del gran capital, escribió en un editorial del 23 de febrero que “EE.UU. y Europa deberían ayudar a los libios a derrocar el régimen de Gadafi”.
INTERESES DE EE.UU. –EL PETRÓLEO
¿Por qué están dispuestos y ansiosos Washington y las potencias europeas a actuar en Libia?
Cuando sucede algo nuevo es importante pasar revista a lo que sabemos del pasado y preguntar siempre, ¿cuáles son los intereses de las corporaciones estadounidenses en la región?
Libia es un país rico en petróleo –uno de los 10 más ricos del mundo-. Libia tiene las mayores reservas probadas de petróleo en África, por lo menos 44.000 millones de barriles. Ha estado produciendo 1,8 millones de barriles de petróleo por día –crudo ligero considerado de máxima calidad y que necesita menos refinación que la mayor parte del petróleo-. Libia también tiene grandes depósitos de gas natural fácil de canalizar a los mercados europeos. Es un país de gran superficie con una pequeña población de 6,4 millones de personas.
Así ven a Libia las poderosas corporaciones petroleras y militares, los bancos y las instituciones financieras de EE.UU. que dominan los mercados globales.
Actualmente el petróleo y el gas son las materias primas más valiosas y la mayor fuente de beneficios del mundo. Conseguir el control de campos petrolíferos, oleoductos, refinerías y mercados impulsa una gran parte de la política imperialista de EE.UU.
Durante dos decenios de sanciones de EE.UU. contra Libia, que Washington esperaba que derribaran al régimen, los intereses corporativos europeos invirtieron fuertemente en el desarrollo de "ductos" e infraestructuras en ese país. Cerca de un 85% de las exportaciones de energía de Libia van a Europa.
Las transnacionales europeas –en particular BP, Royal Dutch Shell, Total, Eni, BASF, Statoil y Repsol– han dominado el mercado petrolero de Libia. Las gigantescas corporaciones petroleras de EE.UU. están excluidas de esos lucrativos acuerdos. China ha estado comprando una cantidad creciente de petróleo producido por la Corporación Nacional de Petróleo de Libia y construyó un corto oleoducto en Libia.
Los inmensos beneficios que se podrían obtener con el control del petróleo y del gas natural de Libia son el motivo del creciente tamboreo del llamado de los medios corporativos de EE.UU. a la “intervención humanitaria para salvar vidas”.
Barcos de guerra cerca de Libia: crece el peligro de intervención militar imperialista

Sara Flounders
Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

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