"Para protegerse de las cepas del coronavirus la mejor combinación es administrar dos dosis de Soberana 02 y una de Soberana 01", afirma Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas. ¿Cómo avanzan los ensayos de estos dos candidatos vacunales cubanos? ¿Generarán protección contra las cepas mutantes del virus? ¿Cuál es la ventaja de las vacunas conjugadas? Véalo en 'Entrevista', de RT.
Un entrañable dato biográfico alumbra el primer tramo de esta entrevista con el ingeniero químico Vicente Vérez Bencomo, director del Instituto Finlay, responsable de dos de los cuatro proyectos vacunales contra el covid-19 desarrollados en Cuba: parte de su formación se desarrolló en Moscú, "justamente en el Instituto Lomonósov", de donde asegura guardar "muy buenos recuerdos", hasta el punto de referirse a Rusia como su "segunda patria".
"La formación que muchos cubanos tuvimos durante esos años en la antigua Unión Soviética realmente marcó nuestra vida profesional", explica este doctor en Ciencias Químicas, como respuesta a una jocosa pregunta sobre si hay entonces "un pedacito de Rusia en las vacunas Soberana 01 y 02".
Vérez Bencomo recuerda los inicios de la crisis sanitaria mundial desde su cargo al frente del Instituto Finlay. "Había un sentimiento de país, de enfrentarnos a esta pandemia que nos fue cogiendo por sorpresa a todos", relata el entrevistado, admitiendo no obstante que su laboratorio carecía por entonces de experiencia en el desarrollo de vacunas virales. "Es necesario decir que no teníamos ni idea de qué podíamos hacer en ese momento", precisa.
Sin embargo, en los meses siguientes, dos factores resultaron decisivos en el éxito científico que se ha materializado en la producción de las vacunas. Por una parte, la firme determinación de alcanzar la soberanía en materia de inmunización (premisa de la que deriva el nombre de los fármacos Soberana 01 y Soberana 02); y por otra, la cohesión existente en el equipo de profesionales embarcados en ese proyecto.
Sobre este grupo, Vérez Bencomo indica que "es un equipo que se complementa mucho". "Realmente somos uno solo: somos personas que nos miramos y ya sabemos qué estamos pensando", asegura.
Retos tecnológicos
Sin embargo, el camino hacia la producción de estas vacunas ha estado igualmente jalonado por dificultades que ha habido que superar. "Hay vacunas virales que son un reto a las tecnologías que tenemos hoy en día", señala el director del Instituto Finlay.
"Los virus tienen mecanismos diversos para escaparse del sistema inmune humano, y ese es un primer problema", indica el científico, que explica a continuación que "el segundo problema es dónde producir el antígeno, la substancia del virus" que provocará la respuesta autoinmune del organismo.
Preparar el sistema inmune para cualquier cosa"
En la primera de ellas, según explica este ingeniero químico, se acaba de lograr "hace pocos días una fórmula excelente" en la fase I, "y se va a mover hacia una fase II/III muy próximamente".
Durante el desarrollo de Soberana 02 ocurrió algo importante. Tras buenos resultados en fase I y II, aparecieron en el mundo las llamadas "cepas mutantes" del SARS-CoV-2. Esto hizo que los científicos del Instituto Finlay se replanteasen el proyecto para adaptarlo a las nuevas exigencias inmunológicas derivadas de estas súbitas mutaciones del virus.
"Encontramos entonces que la mejor combinación eran dos dosis de Soberana 02 y una dosis de Soberana 01 de refuerzo", una pauta que, según Vérez Bencomo, no solo protegería de manera efectiva contra las nuevas cepas de coronavirus, sino que serviría "para preparar al sistema inmune para cualquier cosa"
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